En una entrevista en la Cadena Ser de España, José Ramón de la Morena le preguntó a Javier Aguirre, flamante técnico de la selección nacional, "¿cómo está México?" El Vasco respondió sin pensar: "!jodido!" A mí la respuesta me sonó brutalmente honesta, sin embargo, hubo gente que se envolvió en la bandera y lo tachó de estúpido, poco patriota y muchas cosas más. Yo creo que las palabras de Javier Aguirre son totalmente honestas, poco políticas y fuera de lugar y de forma, pero honestas. México está jodido y puede que se vaya a poner peor. Y el que quiere y tiene la oportunidad no duda en salir del país en busca de un mejor futuro -como el Vasco, que vive entre Miami y Madrid, aunque "trabaja" aquí-. Luego lo regañaron y le exigieron que se disculpara y lo hizo. Y ya, se acabó y como si nada -hay qué recordar que en este país no tenemos memoria. La historia está llena de episodios vergonzosos que insultan al país y a su gente, pero que se olvidan muy pronto-.
Días después, aparece un anuncio de cerveza Corona donde vemos a un Javier Aguirre en conferencia de prensa, lleno de nacionalismo, fiel al país, devoto, leal, rodeado de un ambiente lindo, fresco, animoso, festivo. La gente lo escucha atentamente, México se detiene a oír y Javier, muy serio, le habla al pueblo con actitud de primer mandatario, con un discurso que más que deportivo parece político, Aguirre habla de que ya es tiempo de no mirar atrás y ser un equipo. Dice que es tiempo de no contenerse y, cada quien desde su cancha, jugarse el todo por el todo y hacerlo por millones de mexicanos. Dice que hay qué gritarle al mundo que aquí estamos. Caray, ¿dónde y cuántas veces hemos oído el mismo discurso?
Siempre creí que Aguirre era un tipo congruente -aunque jugó en el América y luego en las Chivas-, pero ya me demostró que no. A ver Javier ¿estamos jodidos pero somos un equipo o cómo? Supongo que sí, como siempre, "amolados, pero contentos".
Yo ya escogí a cuál Aguirre le creo y me quedo con el que platicó con la Cadena Ser, porque sí, México está jodido, lo vemos todos los días en todos lados, lo sentimos y lo vivimos a cada momento. El Javier Aguirre que "sesea" (porque en España habla diferente) tiene razón, tanta, que después del mundial se irá a buscar chamba a Europa, "a ver qué hay".
martes, 30 de marzo de 2010
miércoles, 24 de marzo de 2010
Hoy voy a cambiar
Decía Lupita D'alessio: "Hoy voy a cambiar, revisar bien mis maletas y sacar mis sentimientos y resentimientos todos.
"Hacer limpieza al armario, borrar rencores de antaño y angustias que hubo en mi mente para no sufrir por cosa tan pequeñitas, dejar de ser niña... para ser mujer.
"Hoy voy a cambiar, sacar a luz mi coraje, entregarme a lo que creo y ser siempre yo sin miedo, bailar y cantar por hábito y ver claro en vez de oscuro, desarraigar mis secretos, dejar de vivir, si no es por vivir la vida que grita dentro de mí... ¡mi libertad!"
Yo no voy a cambiar hoy, pero seguro cambio el viernes, o el sábado. Mi vida jamás volverá a ser igual, y todo gracias a una mujer...
martes, 23 de marzo de 2010
El Waterloo de "Pipino" Cuevas
Yo tenía 5 años y es uno de mis primeros recuerdos. Era agosto de 1980, mi papá decía que el sabádo iba a pelear "Pipino", e ironizaba: "¡Uy, 'Pipino' es un asesino, 'Pipino' puede matar a alguien, 'Pipino' tiene una mirada aterradora, 'Pipino' es demoledor!" Parafraseando a los cronistas de la tele. Y sí, José "Pipino" Cuevas tenía un record nada despreciable, el mexicano era campeón de los welter por la asociación mundial de boxeo, llevaba once defensas, todas por knockout -algunos en los primeros rounds-, y nunca había visitado la lona. La verdad sí era de temer. El rival en turno era un gran peleador, pero de bajo perfil, eclipsado en ese tiempo por "Sugar" Ray Leonard, Roberto "Mano de piedra" Durán y otros grandes de la época. Se trataba de Tommy Hearns, la "cobra de Detroit", lugar donde se realizaría el combate aquél sábado 2 de agosto. Vimos la pelea en una magnavox de 14 pulgadas, blanca con vivos verdes (estamos hablando en términos boxísticos). Este negrito -dijo mi papá- le va a poner en la madre al "Pipino", es más rápido, es más alto y tiene más alcance. Comenzó la pelea con la narración del "Sony" Alarcón y Toño Andere, Cuevas no atinaba un golpe, se veía confundido, inseguro. En cambio Hearns era un torbellino, concentrado, fino, veloz, exacto. Entraba y salía de la cara del "Pipino" con una velocidad impresionante, y el mexicano no sabía dónde meterse. Por fortuna se acabó el primer round, pero en el segundo "la cobra" salió más decidido, sabía que iba a acabar pronto con su rival, se sabía mejor en todos los aspectos. Fue en el último minuto del asalto cuando "Pipino" recibió un derechazo en el rostro que lo dejó haciendo "borrachitos" -hasta la fecha mi papá se refiere así a ese momento-, Hearns lo remató con otro volado y lo mandó a la lona, "Pipino" se levantó para recibir la cuenta de protección todavía trastabillando, el referí dio por terminado el duelo y Cuevas perdió su cetro, lo demás es historia. Mi papá tenía razón, "Pipino" podía matar a alguien, pero antes de que eso sucediera se le atravesó Tommy Herns y lo noqueó en dos asaltos. Un año después "Sugar" Ray Leonard noqueó a la "cobra" en trece rounds.
lunes, 22 de marzo de 2010
Lo indefendible
En el fútbol soccer si un delantero comete un error no pasa nada, pero si el yerro es cometido por el portero la cosa se pone fea. Y es que en la portería la soledad debe ser grande, supongo que el guardameta vive con una sensación de impotencia, con el impulso de querer hacer algo más por el equipo, pero no se puede, es el último hombre y está solo, atrapado en un rectángulo de 16.50 metros. Hay casos en donde el portero se vuelve el héroe, en el último minuto para un penalty, o en un tiro de esquina se suma al ataque y remata un centro que termina en las redes. Y a veces también se convierte en el villano, en ese culpable al que todos voltean a ver con mala cara, meneando la cabeza con un gesto de reprobación. Pero hay de errores a errores. Están los "normales", una mala salida, un pase equivocado, un rechace al lugar erróneo. Y también tenemos los errores "imperdonables", esos que en el momento dan mucho coraje, los que no tienen razón de ser, los que de ninguna forma pueden ocurrir. Al portero no se le perdonan, el precio se paga con goles, provocan cuestas arriba, causan desánimo. Aunque también nos provocan risa, son tan estúpidos que son risibles, llevan en su naturaleza el humor involuntario, son de pena ajena. Creo que en ese momento el arquero suplica que la tierra se abra, se lo coma y se vuelva a cerrar. Se vuelve el escarnio de todo el equipo, y aunque hubiera alguien que lo quiera defender ¿cómo se defiende lo indefendible? No hay modo. Abajo de estas líneas está un video de lo que le pasó al "Pikolín" Palacios, portero de Pumas, en un partido de media semana. Lo mismo -casi- le sucedió a Héctor, guardameta del "Hooligans", equipo en el que milito todos los domingos. Le devolvieron una pelota desde tres cuartos de cancha, él estaba en el borde del área y trató de pararla, supongo que para despejar, pero el balón le pasó de largo y se fue a incrustar al fondo de la portería, claro, seguida del cancerbero arrastrándose cual tlaconete -¿los tlaconetes se arrastran?-, todavía alcanzó a manotearla, pero ya era demasiado tarde, como dicen en el béisbol, "el daño estaba hecho". Eso sí, nuestro portero tiene dignidad, ganas, entusiasmo, corazón y todo lo demás, no como el "Pikolín", que ya no hizo nada por salvar su meta. Gracias a Dios no hay video de lo que le pasó a nuestro arquero, pero si lo hubiera, yo seguiría muerto de la risa, aunque eso sí, tratando de defender lo indefendible.
viernes, 19 de marzo de 2010
Los cuernos de Sandra Bullock
¿Cómo puede alguien ponerle el cuerno a Sandra Bullock? Me preguntaba ayer, cuando leí la noticia, ¡pero si es Miss simpatía! Aunque eso pareció no importarle al imbécil de Jesse James -su marido-, quien, muy arrepentido, envió un comunicado pidiéndole perdón a Sandrita y a sus hijos, “Sólo hay una persona culpable de toda esta situación, y ese soy yo. Por mi falta de juicio me merezco todo lo malo que me está pasando”, dijo James. ¡Já! ¿Ustedes le creen? Yo la verdad no. ¡Además la engañó cuando filmaba la película que le valió el premio de la academia! Y cuando, en el teatro Kodak, la actriz agradecía la distinción, el tipo lloraba y lloraba. Cuánto descaro.
Dicen que todo se debe a la maldición del Oscar, el año pasado lo ganó Kate Winslet, y se acaba de separar de Sam Mendes. Antes le pasó lo mismo a Julia Roberts (2001), Halle Berry (2002), Hilary Swank (2005) y Reese Witherspoon (2006), todas separadas de sus parejas sentimentales. Por eso Meryl Streep sólo lo ha ganado dos veces (de dieciséis que ha estado nominada), para no sufrir del corazón.
No entiendo que le pongan el cuerno a Sandra Bullock, no entiendo que le pongan el cuerno a nadie, siempre he pensado que si ya no quieres nada con alguien pues se lo dices, se lo haces saber y que pase lo que tenga qué pasar. Y entonces sí, a darle vuelo a la hilacha (¿cómo se le da vuelo a una hilacha?). Hay hombres y mujeres que creen en las aventuras, pero éstas invariablemente se transforman en problemas, en complicaciones, en situaciones difíciles y a veces insostenibles, como le pasó a Michael Douglas con Glenn Close -que dicho sea de paso, en el '87 estaba muy bien-, quien casi le prende fuego a la casa (vean "Atracción fatal" es maravillosa). Hay qué pensarlo bien, yo digo que no vale la pena, pero ya ven que dicen que jalan más un par de bubis que una carreta. También dicen que la carne es carne y es débil (?). Cada quien. Yo creo que se pierde lo más por lo menos y que cuando se rompe una taza no se puede pegar para dejarla como estaba antes.
Y me sigo preguntando ¿cómo puede alguien ponerle el cuerno a Sandra Bullock? Quizá Jesse James comparte la idea del Príncipe de la canción de que "nada es para siempre y hasta la belleza cansa..."
También me he preguntado siempre ¿cómo puede alguien llamarse Nino Canún?
Dicen que todo se debe a la maldición del Oscar, el año pasado lo ganó Kate Winslet, y se acaba de separar de Sam Mendes. Antes le pasó lo mismo a Julia Roberts (2001), Halle Berry (2002), Hilary Swank (2005) y Reese Witherspoon (2006), todas separadas de sus parejas sentimentales. Por eso Meryl Streep sólo lo ha ganado dos veces (de dieciséis que ha estado nominada), para no sufrir del corazón.
No entiendo que le pongan el cuerno a Sandra Bullock, no entiendo que le pongan el cuerno a nadie, siempre he pensado que si ya no quieres nada con alguien pues se lo dices, se lo haces saber y que pase lo que tenga qué pasar. Y entonces sí, a darle vuelo a la hilacha (¿cómo se le da vuelo a una hilacha?). Hay hombres y mujeres que creen en las aventuras, pero éstas invariablemente se transforman en problemas, en complicaciones, en situaciones difíciles y a veces insostenibles, como le pasó a Michael Douglas con Glenn Close -que dicho sea de paso, en el '87 estaba muy bien-, quien casi le prende fuego a la casa (vean "Atracción fatal" es maravillosa). Hay qué pensarlo bien, yo digo que no vale la pena, pero ya ven que dicen que jalan más un par de bubis que una carreta. También dicen que la carne es carne y es débil (?). Cada quien. Yo creo que se pierde lo más por lo menos y que cuando se rompe una taza no se puede pegar para dejarla como estaba antes.
Y me sigo preguntando ¿cómo puede alguien ponerle el cuerno a Sandra Bullock? Quizá Jesse James comparte la idea del Príncipe de la canción de que "nada es para siempre y hasta la belleza cansa..."
También me he preguntado siempre ¿cómo puede alguien llamarse Nino Canún?
jueves, 18 de marzo de 2010
Toy Story
En 1995 se estrenó "Toy Story", y para mí fue una experiencia fabulosa. El hecho de que los juguetes cobren vida cuando uno no los ve siempre estuvo presente en mi cabeza, desde que, siendo niño, escuché "El baile de los juguetes" de Cri Cri: "Al sonar las tres de la mañana los muñecos se paran a bailar. La casa está dormida nadie los verá y salen de sus cajas dispuestos a gozar..." ¡Qué miedo! Dudo que los guinistas de Disney Pixar hayan escuchado alguna vez al grillito cantor, sin embargo la premisa es la misma, los juguetes hacen fiesta cuando no nos ven.
Y en el '99 llegó la segunda parte, con una historia igual de interesante. Ahora los juguetes se sienten tristes porque empezamos a crecer y nos olvidamos un poco de ellos. y no debería ser, pero crecemos y nuestros intereses cambian. Yo aún tengo a "Tommy", un robot de otra galaxia, algo así como el abuelo de Buzz Lightyear, que hablaba, giraba y mataba enemigos con sus lucecitas. Ahora vive en una repisa de mi casa y, un día, se lo voy a regalar a mis hijos para que mi robot intergaláctico no esté triste y tenga otra vez con quién jugar. Pero cómo me arrepiento de haber regalado mi colección completa de Heman y los amos del universo. Los tenía a todos, no faltaba ninguno, con sus armaduras, sus armaa, sus vehículos y sus guaridas. Pero como tenía 15 años y me podía comer el mundo se los "vendí" a mi tío Roque para que los tuviera mi primo Jesús. ¡Qué error! Digo que se los "vendí" porque a cambio obtuve cien pesos que me alcanzaron para comprarme un reloj cucú (Q&Q) que me duró muy poquito. ¿Cuánto costarían hoy todos mis "Hemanes"? Me encantaría tenerlos en esa repisa. Ni modo, eso me pasa por pasar por la adolescencia.
Y el 18 de junio estaré formado en algún cine para disfrutar de la tercera entrega de la historia de los juguetes, las expectativas son altas, pero sé que será una gran película... Ya la estoy saboreando.
miércoles, 17 de marzo de 2010
Valentina
Dicen que falta una semana, y la verdad ya quiero tenerla en mis brazos. No sé qué siento, es algo que nunca había sentido, es algo único y sé que cuando la vea y con su manita encierre mi dedo me atará para siempre. Ser papá es algo que voy a aprender todos los días, porque los bebés no vienen con un manual incluído, así que todos los días voy a aprender a ser papá. Una semana, ya veremos si es más o es menos, a nosotros nos hubiera encantado que nacieras este 19, pero no será así. Nacerás cuando tú quieras, cuando llegue el pedido desde París y cuando la cigüeña tenga tiempo. Ya falta poco y, según nos dicen, estás enorme. Aquí te esperamos mi amor, con muchísimo cariño.
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