Todos están embarrados...

Andrés Manuel López Obrador es un “candil de la calle y oscuridad de su casa” en materia de transparencia…  Al menos eso fue lo que dijo Pedro Joaquín Coldwell, presidente nacional del PRI. Lo dijo para pedirle al IFE que le dé seguimiento a la denuncia que presentaron sobre el financiamiento de “Honestidad Valiente” y “Austeridad Republicana”. Son 1,200 millones para los gastillos de don Andrés en su campaña.

Y seguramente el tabasqueño dirá “¿cuál dinero? ¡Por Dios, ¿de qué me hablan?! Yo no sé nada…

Sí, y tendrá razón, nunca sabe nada. No sabía de los 6 millones de dólares que mendigaron para él (sea para sus bolsillos o para su campaña)... No sabía sobre Bejarano, el señor de las ligas, tampoco sabía de Imaz, ni de Gustavo Ponce y sus apuestas en conocido hotel de Las Vegas, ni de Sosamontes. También resulta que no sabía lo que hacía Bartlett hasta que fue insertado en la República del Amor…

AMLO nunca se entera de nada, ¡qué raro ¿no?!

O bien trabaja con gente que no conoce y es una puerta abierta para fraudes y abusos, o bien miente al decir que no sabe lo que hacen sus "colaboradores"...

Como quiera que sea, si tienes un negocio o lo administras debes saber perfectamente que hace cada persona porque si no las cosas nada más no funcionan. Entonces, si no estas enterado o eres muy tonto, o eres un pésimo administrador o estas coludido con ellos, así de simple.

Al final del día volvemos a lo mismo ¡todos son iguales! PRI, PAN, PRD, y los que resulten suenan a lo mismo. Todos tienen mugre en las manitas, todos tienen una colota para que se las pisen, todos se revuelcan cuando hay lodo y todos se relamen los bigotes ante el pastel que se van a comer. AMLO es ahora acusado de lo que acusa. Tendrá qué explicar ¿de dónde sacó esa lana?

Y los priístas, muy ofendidos ayer fueron a reiterar la demanda para que la investigación se realice a fondo, para que no quede ni un ápice de duda y para que se haga justicia, eso sí, nomás en los bueyes de mi compadre.

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Transición ¿ya?

En Los Pinos el presidente Felipe Calderón se reunió Enrique Peña Nieto durante más de una hora y, según se dio a conocer acordaron un proceso de transición ordenado, en cuanto el tribunal electoral del poder judicial de la federación otorgue la declaratoria de presidente electo. O, como quien dice, “este arroz ya se coció”…

La Presidencia de la República informó que, para tales efectos, el titular del Ejecutivo federal aseguró que “el gobierno de la República ofrecerá todo el respaldo necesario, a fin de que dicho proceso se realice de manera eficaz, transparente y plenamente apegado a derecho”… Cualquier cosa que eso signifique…

Sin embargo, tal reunión ocurrió sin que el TEPJF haya calificado aún la elección. Es decir, en términos meramente legales, aún no tenemos un presidente electo.

Pero, vivillo como es, Calderón justificó tal cosa ordenando que se redactara en un comunicado de Los Pinos que Peña Nieto es el candidato que más votos obtuvo en el conteo distrital. No importa que tal conteo distrital esté impugnado ante el tribunal electoral…

Así que, pasándose por el arco del triunfo todo lo anterior, la transición comenzó desde ya… Lo demás, es lo de menos.

-Oiga, señor presidente.

-Dígame señor presidente.

-¿Y qué vamos a hacer? ¿Nos esperamos a que el tribunal dé su veredicto?

-No, de todos modos me van a declarar ganador ¿para qué esperar?

-Tiene usted razón, ¿y qué hacemos con el loco violento ese que anda cuchileando a todo mundo y que nos acusa de violentos?

-Pues no sé, ¿qué se le ocurre?

-Se me ocurre que no le hagamos caso, al fin y al cabo 32 millones no votaron por él… Déjelo seguir con su numerito, sirve para legitimar la “democracia”. Nosotros a lo nuestro…

-Fíjese que sí, y mejor le damos velocidad a este asunto para que no nos madruguen, mejor madrugamos nosotros…

-Claro, y ya luego a los intolerantes, ni verlos, ni oírlos…

-Ok, ya estamos, señor presidente…

-¡Gracias, señor presidente! ¿Nos tomamos una foto?

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Habrá qué probarlo...

Dice el dicho que “el que acusa prueba” y Andrés Manuel López Obrador está obligado a probar todas sus acusaciones… Sin embargo, otra vez, como en el 2006, hay miles de teorías sobre el fraude electoral, pero ninguna prueba del todo la tan llevada y traída trampa…

Todos hablan de los votos comprados del PRI, de Soriana y sus tarjetas, de la compra de conciencias, de los mapaches, del relleno de urnas y no sé qué atrocidades más. Pero nadie habla de los votos que todos los demás partidos compraron y de los excesos que ellos también cometieron. En eso todos son igualitos. ¿Y las despensas con la imagen y la leyenda de "AMLO.SI"? ¿Y los recursos de SEDESOL usados por el PAN en las zonas más pobres del país? Por mencionar sólo algunos…

En el D.F. el triunfo de Mancera fue legal, genuino, legítimo y muy limpio ¿no? Sí, claro, más del 60% de los votantes en la capital no pueden estar equivocados… Ahí si, don Andrés no dijo ni pío. Jornada ejemplar y un aplauso para tan distinguidos ciudadanos. El PRD ganó bien, bonito y admirablemente.

¿Pero qué tal la elección presidencial? Ahí sí les pisaron los callos. Y a nadie sorprende que Andrés Manuel López Obrador haya desconocido el resultado… Ahí sí había de dos sopas: O ganaba o le hacían fraude. Porque si no ganamos habrá qué armar borlote, como debe ser, ¡al diablo las instituciones y la república amorosa! Ya no les extiendo mi mano franca, ya no, porque me hicieron trampa. Ya no los quiero…

Y es entonces que utilizará todos los recursos legales (espero que solo los legales) para impugnar un proceso a que a todas luces estuvo plagado de irregularidades, sí, pero parejo, irregularidades de todos los colores, partidos y tendencias. Pero no, para López Obrador el tricolor es el malo de malolandia, el único que hizo todo y de todo para conseguir el poder, los demás son todos lindos, hasta el PAN es bello y ya hasta le suplicó que lo apoye en este conflicto, después de afirmar hasta el cansancio que el PRI y el PAN son lo mismo. ¿Pues qué pasó?

Por otro lado, yo no sé si las irregularidades cometidas por el PRI en estas elecciones son mayores o menores que en otras ocasiones. Y tampoco sé si son mayores o menores que las cometidas por otros partidos. Lo que sí sé es que Peña Nieto va recibir su constancia de mayoría y se convertirá en el próximo presidente de México. No creo que nada pueda alterar el resultado. Tampoco veo a López Obrador dispuesto a luchar demasiado. En el 2006 la diferencia era de medio punto y no pasó a mayores (digo, a nadie se le olvida el berrinche que hizo), ahora con seis puntos y medio de diferencia muchísimo menos se va a aventar ese trompo a la uña. Además, seamos honestos, a AMLO le encanta ser oposición, no me lo imagino del otro lado del mostrador, lo suyo, lo suyo, lo suyo es hacerla de jamón, presionar, forcejear, obligar y forzar. Ser una ladilla en los calzones del gobierno feeral. Dar lata pues. Y si no revisen la historia, hasta gobernando el D.F. era oposición al gobierno de Fox. Sólo así se siente cómodo, si fuera presidente de este país se nos muere de tristeza.

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¿Segunda vuelta?

Hoy, más que nunca, los mexicanos deberíamos tomar en cuenta la segunda vuelta en las elecciones federales, para reafirmar el triunfo de un candidato y que pueda asumir con absoluta legitimidad…

Se trata de refirmar su voto para para dejar satisfecho al electorado y para que no haya todo este tipo de numeritos que estamos viviendo (y que ya vivimos) y también así evitar todo tipo de suspicacias, como las que presumió don AMLO en el 2006 y ahora en el 2012...

Así nos quitaríamos de encima las caras largas de Andrés, las “conferencias de prensa” con acarreados, las historias, las leyendas y los mitos de “cómo me hicieron fraude una y otra vez”, los bloqueos en reforma, los borreguitos del #yosoy132, los auto flagelos amorosos y mil cosas que no tenemos porqué soportar como sociedad…

Imagínense nada más un mano a mano entre Peña Nieto y Andrés Manuel. De Quadri y Josefina ya no hablamos, quedaron fuera. Ahora, los dos punteros se enfrentan en una lucha final, sin reservas, sin cortapisas y con toda la fuerza de la que sean capaces… ¿Qué pasaría? ¿Seguiría arriba el copetudo priísta? ¿O el ya no tan amoroso peje se llevaría la victoria?

La democracia de a de veras debe ser así, un tiro machín entre dos, así se hace en la mayor parte del mundo, si son varios candidatos se van eliminando hasta que queden los dos más fuertes. Y ya ahí, en la segunda vuelta, en la definitiva, el que tenga el 50% más uno se lleva el gato al agua…

Pero no, aquí insistimos en jugar al ensarapado, en hacer las cosas más difíciles y rebuscadas, porque ¿para qué queremos una democracia auténtica? ¿De qué nos serviría? Mejor así, al fin y al cabo necesitamos algo en qué entretenernos ¿no?

Obituario: En Puebla, el maestro del fraude por excelencia, Manuel Bartlett, dice que le hicieron trampa… ¡Háganme el favor!

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