lunes, 17 de junio de 2013

¡Qué gato!


En México, desde hace mucho tiempo (la verdad ya ni sé cuánto) la ciudadanía está harta de la clase política. Harta de los mismos candidatos, harta de los mismos discursos y harta de que siempre le “doren la píldora” con las mismas promesas, las mismas palabras y los mismos ofrecimientos. También está harta de que, al final, pasadas las campañas y las elecciones, nada es cierto, nada se cumple y todo sigue como siempre, o peor…

Por eso, el grito de hartazgo se eleva y se desvía hacia la protesta, eso sí, tirándole a la estupidez, hacia lo absurdo… Son señales de alarma que se prenden, los focos rojos están encendidos.

Se llama “Morris”, es un gato y también está desilusionado de los políticos. Es “candigato” a la presidencia de la ciudad de Xalapa, capital de Veracruz. Uno de sus lemas es: "Duerme casi todo el día y no hace nada”. Bueno, sí, eso le da todo el perfil de un político".

Y el gato Morris arrasa en las redes sociales de cara a las elecciones municipales del 7 de julio. Más de 150mil seguidores en Facebook hablan del hartazgo de la gente.

El candigato tiene un cartel oficial, pegatinas con los colores de la campaña de Obama y una frase contra los políticos: "Hartos de 'ratas', votemos por un gato". Su programa de gobierno ofrece lo mismo que sus contendientes políticos: "Descansar y retozar". En su equipo de gobierno este felino cuenta con Hello Kitty, Don Gato, Garfield, el Gato con botas, entre otros.

El fenómeno ha sido incluso recogido por muchos medios alrededor del mundo. Australia, Francia, Inglaterra y España han dado cuenta de la campaña de tan singular aspirante. Incluso le dio una entrevista a la revista TIME.

El éxito de Morris se debe a la exhibición de los políticos mexicanos, a su modo de conducirse, a que cada vez son más descarados y más cínicos. Por eso el gato suma más adeptos y demuestra que los mexicanos preferimos elegir un animal porque estamos hartos de la corrupción de los políticos… Y ¿qué creen? Que Morris lidera las encuestas (sí, ya sé que nadie le cree a las encuestas, pero los datos son los datos), tiene el 60% de las preferencias de los votantes. Eso, cualquiera que sea la lectura que se le dé, es sumamente preocupante.

La candidatura de Morris, por supuesto, no tiene validez oficial, aunque gane, no va a pasar nada con él, como chiste y para la reflexión es buenísimo, pero la ley no establece que un animal pueda gobernar al pueblo (eso habrá qué revisarlo, porque históricamente han sido muchos los animales que nos han dirigido).

Sin duda, este 7 de julio, Morris va a tener más votos que todos los demás contendientes, pero Xalapa será gobernada por el que quede en segundo lugar ¡qué pena ¿no?! ¡Perder contra un gato bicolor! Sea quien sea el triunfador ¿con qué cara tomará posesión? Lo primero que habrá qué pedirle será un poco de dignidad…

La candidatura de un animal (en el término estrictamente literal) es un caso digno de estudiarse como movimiento social, hay ingenio, originalidad, frescura y mucha creatividad alrededor de los autores de tan singular personaje, quienes, pese a no tener un solo peso de presupuesto, a diferencia de los candidatos reales, han realizado un sinfín de actividades desde la plaza pública que ahora significan las redes sociales para ganar adeptos. Y lo han logrado con creces. El fenómeno rebasó sus expectativas.

Y las repeticiones no se han hecho esperar. En otras ciudades mexicanas ya aparecieron candidatos como “Chon el Burro”, “Tina la Gallina”, “Maya la Gata” y “Tintán el Perro”. Seguramente habrá más.

El candigato Morris, un gran catalizador para demostrar el nivel de descontento que existe en nuestra sociedad…

Obituario: Granier está en el hospital, enfermito… ¡Qué conveniente!