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Se acerca el 2012 y Marcelo ya está apuntadísimo, sin embargo, Don Andrés lleva cinco años en campaña, recorriendo todo el país para volver a ganar esos adeptos que tan estúpidamente perdió. Sólo uno será candidato. Ahí vienen los asegunes, políticamente, Ebrard le debe la vida a AMLO, ¿cuánto costará esa factura? Me pregunto yo.
La izquierda ya sabe cómo elegirá a su candidato, será en el segundo semestre del 2011 en “una encuesta que determine el potencial electoral de cada uno, ahí se tomará la decisión y se respetará una sola candidatura”.
Marcelo apoya la encuesta, para él es el método correcto, y al final los resultados se deben respetar, “lo demás es mezquindad, es ambicionismo (sic), es gente que no tiene estatura política, dividir sería traicionar”, dice que confía en AMLO, “todos los acuerdos que ha hecho conmigo en la vida los ha respetado, todos, y yo también”. Dicen que confiar es bueno, pero no confiar es mejor. Allá él.
Yo quiero ver eso, que se respeten los resultados, sobre todo si no gana Andrés Manuel, ya me imagino el berrinche entripado, ¿otra vez un recuento voto por voto?
En palabras de Marcelo “sería un malnacido ingrato si no reconozco que Andrés Manuel me ha ayudado, pero me debo a los electores”. ¿De veras? ¡Hagan sus apuestas señores, la bomba en la casa de la izquierda no tarda en estallar! Ahí vienen los zapes, golpes bajos, sopapos, piquetes de ojo y demás marrullerías. La arena está de bote en bote, le gente loca de la emoción, sólo nos faltan los rudos en el centro del cuadrilátero…
Obituario: Ya dieron de alta a Cabañas, tiene muchas ganas de volver a las canchas… Eso también lo quiero ver.
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