“Todo
mundo ponga en su imagen de WhatsApp la bandera de México, pídanle a sus
conocidos que lo hagan; la intención es hacer ruido, no cuesta nada, yo ya lo
hice"…
Y ya todos la pusieron. En su
muro de Facebook, o en su perfil de Twitter o en su foto de Whatsapp. Ya todos
estamos muy unidos, ahora sí, como decían en los ochenta, “México es uno, uno
es México”. Ahora sí nada ni nadie podrá contra nosotros, México es más fuerte
de lo que nosotros mismos pensamos. Nosotros mismos, como unidad, como país,
como compatriotas, somos inquebrantables. Ese maldito masiosare va a saber de
qué estamos hechos.
Mexicanos al grito de guerra
para defender al país de cualquier ataque que venga de fuera. El Presidente de
México, Enrique Peña Nieto, ya tiene el apoyo de todas las fuerzas políticas
del país, así como de los sectores privado y popular. Nos unen muchos lazos
familiares, somos hermanos de sangre, ¡somos uno mismo! ¡Uooh!
El huracán Trump ha provocado
en todo México un absurdo embate de nacionalismo barato. Estamos enojados, eso
es muy claro. Y entonces ponemos banderas, nos sumamos a los bloqueos y creemos
que estamos muy unidos. ¡Ajá! Todo ese
numerito debería ser de a de veras, con actitudes, con acciones, no nada más en
las redes, donde, por cierto, todos somos muy felices, creativos, caritativos,
emprendedores, decididos y perfectos. Además de poner banderas en nuestros
perfiles, hagamos realidad esa solidaridad colectiva. Seamos otros en el
entorno laboral, demos lo mejor, no seamos doblemoralinos, cambiemos la
actitud, ayudemos al que lo necesita, apreciemos nuestros productos sin crear
un veto a las empresas foráneas que se mantienen de la fuerza laboral mexicana.
Otorguemos reconocimiento al trabajo de nuestros artesanos pagando, quizá, un
poco más de lo que nos piden. Reconozcamos el trabajo de todos aquellos que nos
dan servicios y dejemos propinas. Ellos viven de eso.
México necesita en este momento
una sociedad activa que proyecte el empuje y los cambios que inician en el
actuar de cada uno de nosotros. Fomentemos cambios y transformaciones reales
para evitar los nacionalismos de ficción. En este momento necesitamos acciones
tajantes, de fondo, no banderitas en redes sociales.
Obituario: Cuando pensábamos
que en el mundo no habría otro tipo más imbécil que Trump, llega Netanyahu y
nos sorprende...