Carlos
Slim, importante magnate y hombre de negocios; Juan Gabriel, compositor,
intérprete y divo; la escritora Elena Poniatowska, entre muchos otros, están
nominados para hacerse acreedores a la medalla Belisario Domínguez, máximo
galardón que otorga el Senado de la República.
Eso sí,
hay una comisión que recibe las propuestas hechas por los legisladores. Esta
distinción se otorga a aquella gente que destacan en beneficio del país. Así,
entre las propuestas encontramos cualquier cosa que se nos pueda ocurrir: empresarios,
actrices, literatos, músicos, científicos, profesionistas, líderes políticos y
un largo etcétera… Vivos y muertos, da igual.
María del
Rosario Pérez, distinguida legisladora de Morena (no podría ser de otra manera)
propuso a la actriz Kate del Castillo. Y la propuso por… por… por… ¡por su gran
labor en pro de un país mejor y por sus nexos (cualquiera que estos sean) con
el narcotraficante más famoso de los últimos veinte años! No es cierto, no se crean,
la propuesta de la senadora Pérez (ningún vínculo familiar con el que escribe)
indica que Kate “ha incursionado en la televisión y el cine. Ha sido
galardonada con los premios TV y Novelas y el premio Diosa de Plata” … ¡Por
Dios, señores, ¿qué más mérito necesitan?!
Así que
yo, desde esta trinchera, exijo que no le den más vueltas con propuestas vacías
de mexicanos irrelevantes y le den a mi Kate, a la voz de ya, la medalla
Belisario Domínguez, quien, dicho sea de paso, si viera todo esto, se volvería
a cortar la lengua.
Obituario:
Cruz azul, creo en ti, vamos por la novena…