martes, 20 de abril de 2010
Cantinflas
El actor Manuel Medel decía que el Cantinflas original era un teporochito que conoció cuando se presentaba en el teatro Follies. Se llamaba Olegario y trabajaba como barrendero. Mario Moreno le pedía a Medel que lo provocara para hacerlo hablar y entonces el hombre decía cosas incoherentes y repetitivas, "cantinfleaba" pues. Contaba Medel que le preguntaba "¿cómo estuvo la cosa?" Y Olegario se soltaba "pues mire usted, yo aquí, ellos allá, entonces vienen acá y me dicen, y pues no hay derecho oiga, además yo ni sabía, porque me dicen que yo era, por eso digo, pero no señor, entonces, como quien dice, ahí está la movida, ¿no? No hay qué ser..."
Continúa Medel: "Mario se lo fusiló completito y el que le daba un veinte era yo. Mario era muy bueno en eso, era muy observador, pero era soberbio, indiferente, a Olegario ni le hablaba, pero le copió muy bien el habladito".
Y así nació Cantinflas, el genio, el personaje que revolucionó el humor en nuestro país.
En 1940, bajo la dirección de Juan Bustillo Oro, filmó "Ahí está el detalle", su obra maestra, una joya de nuestra cinematografía que yo ubicaría dentro de las diez mejores películas que se han hecho en México. Ahí vemos a Cantinflas en su máxima expresión, "el peladito", ese que no trabaja, que güevonea todo el día, que quiere sacar provecho de todo lo que se le atraviesa, que tiene la gracia de enredar a todo mundo con su modo de hablar y que, al mismo tiempo, seduce y conquista a la audiencia con su singularidad y su simpatía.
Ese era Cantinflas, así, original, genuino. No el que se vestía de bombero y de bolero y de policía y de barrendero y de profe y de ministro y de todo lo que se le viniera en mente a don Mario (ese ya ni cantinfleaba) para mandar mensajes sentimentaloides a un auditorio que extrañaba a su peladito.
Mario Moreno, la estrella, mató a Cantinflas, lo mató cuando se hizo dueño de bares y restaurantes, cuando por idea de quién sabe quién nizo anuncios comerciales para la tarjeta de crédito Banamex, cuando compró edificios departamentales en las lomas, cuando, según, ayudaba al que se lo pedía. Y digo según, porque sé de buena fuente que en persona era el más déspota, mandón, abusivo y mamón, que no saludaba, ni le sonreía a nadie, que se subía al elevador de su Torre Lomas él solo -no permitía que nadie más pusiera un pie en su juguetito-, que miraba de lado y revisaba personalmente la limpieza y la seguridad. Que a nadie volteaba a ver y que, el colmo, odiaba que le dijeran Cantinflas.
Ese era Mario Moreno, y murió un 20 de abril de 1993, víctima de cáncer pulmonar, y le gente se le entregó al ídolo, miles de personas le rindieron un sentido homenaje en la sede de la Asociación Nacional de Actores y en el Palacio de Bellas Artes, su cuerpo fue incinerado y sus cenizas depositadas en la cripta familiar del Panteón Español de esta capital.
Mario Moreno murió hace 17 años, pero Cantinflas continúa arrancando carcajadas entre el público. Cantinflas, el peladito, simplemente vivirá por siempre.
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lo que es inaudito es uqe un español vaya a hacer el papel de Cantinflas en un pelicula solo por el parecido. Croe que estoy de acuerdocon el comentario de Lucero Solorzano de que es mas que un actor es todo un personaje muy complejo y que hasta el verbo cantinflear esta en el diccionario de la rela academia...NO al cantifas español debería ser portegido el personaje de cantinflas como patrimonio de l ahumanidad... eh dicho¡
ResponderBorrarAmigo Charlie:
ResponderBorrar¡Qué pena que me tiras abajo al Mario Moreno que aprendí a admirar y querer desde niño con su personaje de Cantinflas!
Porque lo que supe de él, --poco, ciertamente-- era que hacia mucha beneficencia,que ayudaba a mucha gente.
Tal vez fue más la apariencia que la realidad, no lo sé.
Pero eso no me quita al Cantinflas que conquistó como tal mi corazón, desde niño hasta mi juventud.
Su decir que vamos, no decía, pero bueno, pues decía...encantó multitudes en toda América Latina, y por eso creo que tiene un bien ganado lugar no sólo en el estrellato mundial,sino también los corazones de muchos que nos deleitamos con sus actuaciones en la pantalla grande, y con un humor sano, que no tenía que usar palabrotas, ni tenía que acudir al sexo para hacernos reir de buena gana.
Honra para México! su patria.
Cordial saludo,
Milton