Según cifras oficiales -que seguramente nunca son reales- en este sexenio van más de 22 mil 700 muertos relacionados con lo que el gobierno federal llama "guerra al narcotráfico". Y son muertos "de todo tipo", es decir, narcos en operativos, policías en fuego cruzado, estudiantes en el campus, niños que van de paseo, hombres y mujeres que se encuentran en el lugar equivocado en el momento erróneo, presidentes municipales, soldados, ejidatarios, procuradores estatales, candidatos a gobernador, en fin, le toca a cualquiera. La pregunta es ¿quién sigue?
En ese contexto -según frase favorita del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont- estamos jugando ruleta rusa y la bala puede salir en cualquier momento. Ya lo dice la biblia -y no soy cristiano, ni acepto propaganda protestante, ni de ninguna otra secta- "por tanto, manténganse alerta, porque nadie sabe ni el día ni la
hora." Mateo 25:13.
Así debemos estar en este México, no sé si por culpa de los todopoderosos narcos o si por cortesía de nuestro ciudadano presidente y su leal escudero Gómez Mont, sí, ese que hace un llamado a los delincuentes para que den la cara y luchen "de frente", ¡Já! Es como pedirle al lobo feroz que apapache a la abuelita y luego se la coma. ¡Pero en qué cabeza cabe!
Aunque no debe ser su culpa, debe ser culpa del apellido, los Gómez Mont han ser así, ya ven su hermano, ese al que le gusta el fútbol también es igual de bravucón, ya me los imagino en la primaria, retando a todo mundo -¡¿Qué?, dile al "pelos" que aquí lo espero, que no le tengo miedo, que no busque a mi hermanito, que aquí me tiene a mí! Pero bueno, no hay qué juzgar toda una vida de trabajo y entrega al país por un minuto de exaltación futbolera (?)
La lucha sigue, y las bajas serán mayores, el ejecutivo no se cansa de repetirlo, hoy le tocó el turno a la canciller Patricia Espinosa, quien consideró que "hay mucho más que hacer, hay que afinar esa estrategia, sobre la base táctica en el terreno, pero la dirección es la justa". ¿Será?
No sé si me da más miedo la inseguridad que vivimos todos los días o las estupideces de quienes nos gobiernan -que también las oímos todos los días-, la cosa es que esto está feo y lo peor es que se va a poner peor, Dios nos agarre confesados.
MUY BIEN, CHARLY. RAFAEL CARDONA
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