Hasta hace dos días era una generación repleta de ninis, de sicarios, de inútiles. Hoy son una generación dorada y bendecida, hoy son el futuro del país… Así de rápido cambian las cosas en México… De los daños colaterales a los muchachos imprescindibles. Ahora sí la joven generación vale. Ahora sí acumula méritos para ser tomada en cuenta…
La victoria en el mundial sub 17 “cambiará al país” y todos nos regocijamos y muchos se suben al barco. Es una victoria de todos y para todos. Claro, ahora sí.
Pero así somos de contradictorios, últimamente no sabemos dónde meter a nuestros jóvenes, ni cómo tratarlos, pero ahora no cabemos de gusto ante estos 22 chamacos que, eso sí, muy merecidamente lograron un triunfo muy importante y le dieron una buena noticia a un país sumergido en un pantano de puras malas…
Es el festejo de una generación que vive entre balaceras, de jóvenes entendidos como maleantes y de decenas de chamacos masacrados en bares y restaurantes…Es el festejo de egresados que no tienen cabida en el mercado laboral… Es el homenaje a una generación herida, que todos estos años ha sido sacrificada y ofendida y que merecía por lo menos esbozar una sonrisa…
Y el símbolo de la épica victoria deportiva es el vendaje en la cabeza de un muchacho herido… Sólo en México.
Pero insisto, los campeones del mundo –con todo su mérito- ni son héroes, ni hicieron nada por la patria. Que tienen muchísima calidad deportiva no lo cuestiono, al contrario, eso es de aplaudirse… Pero ¿héroes señor Calderón?
Obituario: Facundo Cabral dejó de ser de aquí, ahora es de allá…
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