Nuestros amigos políticos, cada que pueden, nos dan muestras de su marcada estupidez… Y hay miles de ejemplos, pero hoy quiero hablar de uno solo…
Pareciera que no conectan la lengua con el cerebro. Además de que tienen un stock muy valioso lleno de frases hechas, de esas que hay qué sacar cuando la ocasión lo amerita… Vamos a ver:
“Sacaron de contexto mis declaraciones…”
“No nos adelantemos, esperemos el proceso…”
“No son los tiempos…”
“Estoy enfocado en mis tareas…”
“No sé, no estoy informado…”
“No se protegerá a nadie…”
“Nuestro partido siempre se ha conducido por la vía de la legalidad…”
“Tendremos una campaña de protestas…”
“Con todo respeto...”
“Lo que el señor presidente quiso decir...”
Y yo pienso en los jefes de prensa, en los gabinetes de campaña y en toda esa bola de profesionales, valiosos y sagaces, que planifican su trabajo... Y que a veces tienen de cliente a un personaje de esta especie, esos que se suben los pantalones y aspiran profundamente pensando que van a dar el golpe definitivo... La frase... Su pasaporte al éxito… Y una vez que abren la boca... ¡Zas! Se acabó el recreo, bienvenida realidad…
No quiero imaginar la cara del pobre hombre tras bambalinas que desde la feliz intervención tiene que estar retocando cada discurso, contestando un montón de teléfonos al mismo tiempo, disculpando y reinventando cada palabra para defender lo indefendible…
-Pero oiga, está grabado en video…
-Sí, pero, ya sabe usted que los micros a veces...
Y estamos condenados a seguir sufriendo, tolerando y aguantando toda clase de estupideces dichas a cada momento y en todo lugar… Ni modo, tenemos una clase política de primera… Que no se dedica a hacer política, se dedica a escupir babosadas…
Obituario: Adiós Nacho… Y gracias por toda la gloria que nos diste…
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