Dice la desiderata: “siempre
habrá personas más grandes y más pequeñas que tú…” Y así es, en alguna ocasión,
Ronaldo (el de a de veras, mi gordo) fue al Vaticano a visitar al Papa Juan
Pablo II y le regaló una camiseta
autografiada. Ahí, Su Santidad le preguntó “¿en qué equipo juegas?”…
En otro momento varios
rockeros, músicos muy famosos, entre los que se encontraban Eric Clapton y
Jimmy Page, fueron recibidos en el palacio de Buckingham por la Reina Isabel,
quien los acogió de muy buena gana, sin embargo, lo primero que les preguntó
fue: “¿y ustedes a qué se dedican chicos?”
Nadie puede sentirse más allá
de todo y de todos, nadie. Por muy famoso y poderoso que sea (o que se sienta).
La ahora tristemente célebre
maestra Elba Esther lo hizo, se puso con Sansón a las patadas y en muchas
ocasiones salió victoriosa. Le pisó los callos a Vicente Fox, a Felipe Calderón
y, en su momento, al mismo PRI… Amenazante, soberbia, altanera, orgullosa y
hasta petulante se volvió un dolor en los… en los… en los… Bueno, se volvió un
dolor enorme para varios gobiernos. Ella era la piedra angular en las
elecciones presidenciales, ella hacía y deshacía en la política social, ella
tenía en las manos la educación de los millones de niños que estudian en México
(¡fíjense nada más!), ella era dueña del sindicato más grande de este país, a
ella le consultaban y le pedían ayuda los más poderosos, se sentía intocable y
la hoja del árbol no se movía sin su voluntad…
Ya no vamos a hablar de cifras.
Ya vimos todo lo que se gastaba y cómo lo hacía, ¡qué miedo!
Pero ahora la maestra está
muerta, ahora debe estar pensado en la vergüenza de haber sido y el dolor de ya
no ser. Ayer pasó la noche en Santa Martha y se desmayó dos veces, dice que
sufre insuficiencia renal, que la tienen qué operar, que está muy enferma…
Y hoy, en la rejilla de
prácticas no quedó ni el polvo de aquellos lodos. Hace apenas unos días, en su
cumpleaños, decía que no se iba, no se iba y que le hicieran como quisieran...
Hoy aquella mirada retadora y desafiante se transformó en una contemplación
timorata y miedosa. Estoy seguro que hasta diarrea le ha de haber dado…
Allá afuera, casi hay fiesta popular,
una de las villanas favoritas de los mexicanos está tras las rejas… El golpe
está dado y bien dado, este gobierno golpea la mesa y demuestra quién manda
aquí… Esta vez, en las patadas, ganó Sansón.
Obituario: Hace 25 años, en
octubre del ‘88 allá en Tampico, Joaquín Hernández Galicia le dijo a Don Miguel
de la Madrid: “Si se hunde Pemex se hunde usted”. El entonces presidente sólo sonrió
tímidamente… Ya sabemos lo que pasó el 10 de enero del año siguiente.
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