“El respeto al derecho ajeno es la paz”, expresó
un distinguido
mexicano hace unos cuantos años… Y tenía razón.
Los señores del “semanario satírico”
Charlie Hebdo llevan años burlándose, vía simpáticas caricaturas, de la religión musulmana, el islam y, sobre todo, de su profeta Mahoma. Lo
que pasó hace un par de semanas es de todos sabido.
Una lamentable tragedia, una estúpida venganza, un rencor descargado con furia asesina, una
verdadera vergüenza.
Y el Papa Francisco, ese dechado de
virtudes, se pronunció
sobre este penoso
asunto y dijo que es "aberrante" asesinar en nombre de Dios, pero
también insistió que "no se puede ofender" la
religión o "burlarse" de ella. Y siguió, “creo que tanto la libertad religiosa como
la libertad de expresión son derechos humanos fundamentales, pero
tienen límites”.
"Es verdad que no se puede reaccionar
violentamente, pero si Gasbarri (uno de sus colaboradores), gran amigo, dice
una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!", aseguró. "No se puede provocar, no se puede insultar la fe de
los demás. No puede uno burlarse de la fe. No se
puede", insistió
el Papa. Y agregó: "Tenemos la obligación de hablar abiertamente, de tener libertad, pero sin ofender”.
¿Así
o más claro? Y no porque lo diga Bergoglio. Claro, en este mundo
hubo un señor que llegó hace poco más de dos mil años, que andaba predicando con el ejemplo y que nos pidió, entre otras muchas cosas, que nos amemos los unos a los
otros, que nos respetemos pues, que no nos estemos chingando. Ese concepto
encierra todo lo que deberíamos hacer cotidianamente. Ok, si usted,
querido lector, no cree en Él, no es católico, religioso, creyente, ni chuta, ni cacha, ni batea; déjeme decirle que tal cuestión es mero sentido común, mera receta para la sana convivencia. Pero no, vivimos
peleando con el de al lado, burlándonos del que no piensa como nosotros y molestándonos con el que no está de acuerdo con nuestras ideas y buscando a
quién darle lata. Si no, como dice mi mamá, no estamos a gusto.
¡Qué
tristeza! Burlarse
de un Dios que no es el nuestro y matar en nombre de Dios. ¿cuánta gente habrá muerto así en la historia de la humanidad? Miles,
millones. Y se siguen muriendo y los siguen matando. Pobre humanidad.
Por lo pronto, el más reciente número de Charlie Hebdo, el primero
tras los atentados, vuelve a presentar en portada una caricatura del profeta en
cuestión llorando y sosteniendo un cartel que
dice “Je suis Charlie”, tras el titular "Todo está perdonado”. Ajá, que le pregunten a las familias de los
que murieron en el ataque.
Obituario:
Martín Hernández está nominado al Óscar por edición de sonido… ¡Felicidades!
Pero eso sí, de hacer noticieros mejor ni hablamos…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario