El palacio de los deportes suele
ser usado para conciertos de rock y cosas por el estilo, sin embargo, el sábado
pasado fue sede de la asamblea del PRI, del cónclave del partido en el
gobierno. Así, bajo ese protocolo, el presidente Peña Nieto llegó con esa
actitud, la de un rock star, estaba feliz, gozoso, exultante, sonriente.
Lanzaba besos y abrazos, reía, era su fiesta y la iba a disfrutar, además ahí
estaban todos sus amigos y muchos de sus fans. La cosa era dar un buen show…
Y lo dio, los asistentes recibieron
lo que estaban esperando, el calor, el amor y la sinceridad de su estrella, de
su guía, de su sensei vestido con chamarra roja, igualito que Michael Jackson. “Los priistas somos factores de
cambio positivo, de prosperidad y progreso para la sociedad mexicana, pero
nuestra labor no ha terminado. Si bien hoy México avanza de manera positiva,
aún hay mucho por hacer y pensar hacia delante, de pensar en el México de las
siguientes décadas se ha tratado está XXII Asamblea”, dijo el presidente, entre
muchas otras cosas que no pienso citar, pero que son igual, o peor de absurdas.
Desde luego que los priístas son ejemplares y su partido es la quintaesencia de
la democracia.
¡Vaya cinismo! ¿Con qué cara se
para, no ante 10 mil acarreados, sino ante el país entero a escupir tal sarta
de estupideces? Basta recordar a unos cuantos exgobernadores tricolores que
brillan por su honestidad, profesionalismo y, sobre todo, su amor por México:
Prófugos: Eugenio Hernández
Flores, de Tamaulipas y César Duarte, de Chihuahua.
Detenidos: Tomás Yarrington,
también de Tamaulipas y el multicitado Javier Duarte de Ochoa, de Veracruz.
Presos (porque sí hay un Dios): Mario
Villanueva, de Quintana Roo, Andrés Granier, de Tabasco, Jesús Reyna, interino de
Michoacán, Flavino Ríos Alvarado, interino de Veracruz.
Investigados: Roberto Borge, de
Quintana Roo y Rodrigo Medina de la Cruz, de Nuevo León.
¡Ahí tiene a sus mejores hombres,
señor presidente! La nueva sangre de gobernadores priístas que tanto presumió
Peña Nieto. Y luego se sube a un escenario y se regodea diciendo que su partido
es audaz, valiente y que no se intimida ante los retos, que van con el 2018
porque han impulsado la transformación del país, ¡Por Dios!
Obituario: Yo digo que Trump se
suba al ring con Kim Jong-un y ya, se dejen de cosas. Como decían en mi barrio:
“en un tiro se ve”.
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