Faltan 45 días para las
elecciones, los que saben dicen que hoy empieza el segundo tiempo, que Andrés
Manuel va ganando por goleada, pero que, como en el fútbol, cualquier cosa
puede pasar, que el último minuto también tiene sesenta segundos.
Aquí el asunto es que, si el que
va arriba en el marcador se va a replegar y va a meter el camión al área o si
piensa seguir yendo al frente para anotar más goles y acrecentar su, de por sí,
ya amplia ventaja. No lo sabemos, lo que sí sabemos es que, al final del primer
tiempo se le fueron encima y que, aunque aguantó el cero en su portería,
terminó dando pases malos, equivocándose en la salida y fallando los cambios de
juego. Insisto, a pesar de tales yerros no recibió gol y su ventaja sigue
intacta.
Eso sí, a partir de hoy, los
contrarios se van a ir con todo sobre la portería rival, le van a tirar de
todos lados, van a mandar peligrosos centros al área y no faltarán las
“diagonales matonas”. Ya vimos un tiro libre, faltan dos, y ahí el puntero no
pone barrera, se muestra sin espinilleras y se deja golpear (o no sabe quitarse
los golpes). Quizá ahí pueda recibir un par de goles, su media de contención no
es muy buena.
Y su delantera se ve con miedo,
se ve desconfiada, no dribla, no le entra al “uno a uno”, tira y luego se
repliega, esconde el pie, se tira al piso, pide falta y se revuelca. El árbitro
no le hace caso, “¡juegue!”
Tiene a la grada muy dividida, la
cabecera y la general son suyas, se le entregan con porras, banderas y
cánticos. El resto del estadio está fraccionado entre los otros cuatro. Empieza
la segunda mitad, el juego se va a poner aún más interesante…
Vamos pues a la parte
complementaria, a ver si el superlíder no vuelve a perder el juego en el último
minuto, como ya le ha pasado en los dos anteriores partidos.
Obituario: Habrá final en el
cielo y en el infierno. Yo, esta vez, me considero ateo.
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