Los mexicanos: solidarios, creativos, caritativos, simpáticos,
emprendedores, decididos y casi perfectos. Somos bien lindos en el entorno
laboral, siempre damos lo mejor, no somos doblemoralinos, tenemos una gran
actitud, ayudamos al que lo necesita, apreciamos nuestros productos, otorgamos
reconocimiento al trabajo de nuestros artesanos, pagando siempre un poco más de
lo que nos piden. Reconocemos el trabajo de todos aquellos que nos dan servicios
y dejamos propinas, porque sabemos que ellos viven de eso. Además, ahora que
viene septiembre, ponemos banderitas en nuestros perfiles de redes sociales, en
nuestra casa y hasta en el coche, somos únicos en el mundo, somos mexicanos.
Pero como dijo Adal Ramones: ¡no es cierto! Los
mexicanos somos, entre muchas otras cosas, envidiosos, celosos, desconfiados,
resentidos, egoístas, groseros, presumidos, comodinos y aprovechados, muy
aprovechados. ¿No me cree? Seguro ya vio el video donde un trabajador de Bimbo
que le roba a un viejecito. Eso sí, “¡pobrecito repartidor! Ya lo juzgaron y lo
vilipendiaron, lo exhibieron, si nada más se robó tres gansitos, Elba Esther y
Duarte son delincuentes de a de veras, esos sí son rateros en serio, ¡qué
injusticia!”
Vamos viendo el asunto del repartidor: Un
trabajador de este tipo gana, en promedio, quince mil pesos al mes. Por otro
lado, tres gansitos suman 33 pesos, pero en la ruta de este señor hay 30
tiendas. Así que 33x30=990, 900x30=29,700. ¡29,700 pesos mensuales, libres de
polvo y de paja, cortesía de las tienditas de abarrotes, un gran negocio ¿no?
El robo hormiga, en diferentes hormigueros, tiene sus privilegios. Y no sólo es
el tipo del video, son la mayoría de los repartidores de todo tipo de alimentos
y bebidas. Son magos con dedos de seda, prestigitadores profesionales con miles
de técnicas para la trampa y el engaño. Una pena.
Mi propuesta es que los tenderos los extorsionen,
que les pidan dinero para no denunciarlos, para no acusarlos con el osito
Bimbo, porque ahí sí, aunque no pisan la cárcel, se les acaba su minita de oro,
los boletinan y no vuelven a trabajar en toda su vida. Así que ya lo sabe,
amigo abarrotero.
Mientras tanto, ¡viva México! Nada más ponga la
direccional en su coche cuando vaya manejando, ¿verdad que tengo razón? O, si
está usted formado en la fila del banco, adelántese a la ventanilla a preguntar
cualquier cosa y espere la reacción de los que siguen formados. Aclaro, usted
solamente va a preguntarle cualquier cosa al cajero. ¿No? Párese enfrente de
cualquier escuela y mire el fantástico espectáculo que significa el arribo de
los alumnos. Papás peleando por un estacionamiento, autos en doble, y hasta
triple fila, mentadas, claxonazos, empujones y mil linduras más. ¿Sigue sin
creerme? Dígame, ¿qué opinión le merecen Hugo Sánchez y el “Chicharito”? ¡Par
de cazagoles presumidos ¿no?! Y no lo digo yo, lo decía un tipo llamado Octavio
Paz, él premio nóbel postulaba que "pueblo corroído por la sospecha es el
mexicano, suspicacia y sospecha marcan las relaciones sociales entre estos
nacionales: La suspicacia es hermana de la malicia y ambas son servidoras de la
envidia." Y yo digo que no hay envidia “de la buena”, la envidia es
envidia y es mala, es pecado.
La hermosa solidaridad mexicana de septiembre
pasado, cuando todo era lindo y maravilloso, nos duró un par de semanas. Luego,
olvidado el asunto y sus víctimas, volvimos a la triste realidad. Ni modo,
somos así y así seguiremos, nunca cambiaremos…
Obituario: Jubilaron a Frida y a Diego de la moneda
nacional. Benito Juárez está más fuerte que nunca.