Hace unos días, el hijo menor de
Andrés Manuel López Obrador se fracturó una pierna y lo llevaron a Médica Sur,
lo cual no tiene absolutamente nada de malo. Es un niño, estaba jugando, se
lastimó y lo atendieron. A todos les pasa, fin de la historia. Pero su papá, su
papá sí que peca de incongruente. Vamos viendo…
La hipocresía, la doble moral y
la demagogia que todo el tiempo maneja nuestro presidente electo. Eso de
señalar y descalificar a otros por lo mismo que él mismo hace.
En campaña prometió cancelar los
seguros médicos para funcionarios públicos. Dijo: “que vayan al ISSSTE, al
seguro, para que vean lo que se siente…”. ¿Qué se siente? ¿De veras sabe lo que
se siente estar en la vil calle esperando que le den razón de su familiar? O
aún más, que lo atiendan. Estoy seguro que el señor no sabe lo que se siente estar
en una crisis grave y solamente contar con los preciosos servicios médicos que
brinda el estado. Hay que tener memoria, en diciembre de 2013, AMLO sufrió un
infarto y también fue a dar a Médica Sur, donde estuvo internado cinco días. Sin embargo, lo congruente sería llevar a su
hijo y haber ido él mismo a ese sistema de salud pública al que, seguro, tiene
derecho.
Luego entonces, esa propuesta de
cancelar los seguros médicos privados para funcionarios “para que vean lo que
se siente”, pero no pararse, ni de broma, por un hospital público representa la
nula congruencia de un personaje que, solo en su discurso, defiende la
austeridad de Estado, las hamacas y los catres… Y que se haga la ley, pero en
los bueyes del vecino.
Obituario: La víctima de los
vándalos en el clásico regio también traía piedras. Ni tan víctima.