Toda esta historia de la “gran familia
zamorana”, sin duda se ha convertido en un intrincado laberinto donde nadie
sabe nada y donde la única certeza es el montón de dudas sobre el que está
construido (Arjona y Sabina hubieran sido felices con esta última frase).
Por eso yo sólo tengo un par de preguntas:
¿Mamá Rosa es una blanca paloma o es un monstruo
que construyó un imperio abusando del disfraz de la caridad?
¿Era necesario el ejército para detener a una viejita
de 82 años y seis colaboradores más?
¿Los gobiernos anteriores al de Peña Nieto
–además de los locales- nunca se enteraron de los supuestos horrores cometidos en
este albergue? ¿No hubo denuncias antes de las más de 150 que están en curso
ahora?
¿Por qué tanta gente defiende a Mamá Rosa?
¿Por qué tanta gente acusa a Mamá Rosa?
¿Se puede mantener un albergue para más de 600
personas con una sola colecta anual?
¿Pueden ocho personas –incluyendo a una dulce
viejecita de 82 años- manipular a más de 600? ¿No pudieron haberse amotinado?
¿Por qué nadie se quejó nunca? Y si se quejaron, ¿por qué no les hicieron caso?
¿Realmente hubo maltrato físico y psicológico e incluso abuso
sexual de algunos empleados del albergue hacia los niños que ahí vivían?
¿De veras Mamá Rosa
sufre demencia senil? ¿O es una asesina?
¿Todo es culpa de las
seis personas que ya enfrentan cargos por abuso y privación de la libertad y
Rosa Verduzco nunca supo nada?
¿La PGR sabe algo que
nosotros no?
¿Fox va a reabrir el
albergue?
¿Chinches, ratas, pulgas
y piojos?
¿Una casita del
terror con más de 60 años operando y nunca nadie hizo nada?
¿Cuántos albergues
como éste operarán en todo el país?
¿Mamá Rosa estuvo
fabricada para desviar la atención del caso Mireles?
¿Y los ataúdes?
¿Aparecerán las supuestas fosas?
¿Intelectuales, artistas y líderes de opinión
tienen razón o están equivocados?
¿Humillación
escandalosa y linchamiento mediático o simple aplicación de la justicia?
Ups, creo que
fueron más de dos preguntas, pero en fin, ya lo dijo Álvaro Carrillo: “sabrá
Dios, uno no sabe nunca nada…” Lo único cierto es que aquí alguien miente. Sólo
espero que pronto las autoridades competentes nos aclaren la horripilante
historia de la dulce y tierna Mamá Rosa y su maravilloso albergue del terror.
Obituario: La
“Ley bala” se regresa a la cartuchera. Claro, después del niño muerto van a
tapar el pozo.
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