Ok,
que renuncie Peña Nieto, ¿y luego?
Son
millones de personas las que están pidiendo a gritos la dimisión del primer
mandatario. Dicen que ha demostrado de sobra su incapacidad, que se acabó el encanto
del candidato encumbrado por los medios (bueno, sobre todo por uno) Dicen que no ha podido con la violencia que aqueja
(cada vez más) al país, que la impunidad y la corrupción están a tope, que la
economía se le está saliendo de las manos y, sobre todo, por la falta de
actitud y de resultados ante la desaparición de los 43 estudiantes de la normal
rural de Ayotzinapa…
Está bien,
¡fuera! ¡Que se vaya! Ya se vio que no puede, que renuncie… Ajá, sí, ¿y ahora?
Pues ahora
sí, oficialmente, nuestro querido México se convertiría en un estado fallido.
¿Quién, en los términos constitucionales, tendría, o podría entrarle al quite?
El sucesor seguramente saldría de
las mismas filas que su partido gobernante, el PRI. Uy, malo ¿no? Bueno,
entonces del PAN… No tampoco, acabamos de salir de eso. ¡Entonces del PRD! ¡Sí!
Que venga de un partido que se está cayendo a pedazos, de una entidad que ha
demostrado, con sus administraciones, todos, que lo suyo, lo suyo, lo suyo, no
es gobernar, sino vivir en inconformidad con todo. Ser oposición pues, eso se
le da rete bien. Y si no me creen chequen los resultados en Michoacán, Guerrero
y nuestro Distrito Federal. ¡Viva el sol azteca! De los otros partidos, los
chiquitos, los parásitos, que viven de las sobras de los demás mejor ni
hablamos. Esos, la verdad, no existen. Ni huelen, ni hieden.
¡Ah!
Pero también tenemos como opción a ese rayito de esperanza que nos puede
iluminar desde su Morena. Ese caudillo recalcitrante que ha vivido exigiendo la
renuncia de la dirigencia federal. ¡Ésa es nuestra solución! “Sólo el pueblo
puede salvar al pueblo”. ¡Claro! Ya salvó al D.F. entre el 2000 y el 2006 ¿no?
¿Sí se acuerdan cómo cambió esta ciudad bajo la tutela del tabasqueño? ¡Era
otra cosa!
Por todo lo anterior, exigir la
renuncia de Peña Nieto no serviría de absolutamente nada. Y claro, él tampoco
se va a ir. Y si así fuera, otro anticristo tendría que venir a dirigir el
mismo infierno. Y tampoco aclararía el asunto de los normalistas, ni acabaría
con la corrupción, ni con la impunidad, ni con la injusticia, ni con la
violencia, ni con ningún mal que nos aqueja todos los días. Un
cambio de mandatario no sería suficiente para mejorar la situación que
atraviesa el país. Necesitamos soluciones de fondo. Necesitamos ser más
propositivos, más solidarios, más exigentes con los que nos gobiernan.
Necesitamos pedir cuentas y trabajar en nuestros propios males como sociedad.
Debemos olvidar el conformismo y dejar de pensar que tenemos el gobierno que
nos merecemos. ¡No señores! Hay que informarse, crearse una opinión propia,
crecer, madurar como sociedad. No podemos exigir un cambio de pastor, si
seguimos siendo ovejas.
Obituario:
“Juárez, destacado héroe de la independencia”… ¡Qué grande eres Cristian
Castro!
Algo tiene que hacerse, no por el hecho de que no te guste alguien de los politicos vamos a quedarnos con alguien que ha demostrado que no puede con la presidencia, solo para hacer negocios y propiedades para el y su camarilla
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