Pues mi Carmelita Salinas ya es
diputada federal. Y mucha gente se le fue encima porque la actriz, como ella
misma lo reconoce, no tiene ni idea de lo que significa la política. Por lo
tanto, según sus detractores, el nivel del debate en nuestro país se viene
abajo. Agárrense, porque la corcholata
llegó al congreso.
Y yo pregunto, querido lector,
¿de verdad la señora Salinas denigra a tan distinguida élite? ¿Qué tienen, por
citar algunos, Cuauhtémoc Blanco, Héctor Suárez, Héctor Bonilla, María Rojo,
Silvia Pinal o Ana Gabriela Guevara que no tenga Carmelita? He visto subir a
las tribunas diputados y senadores que no saben ni leer.
Diputados borrachos que
presumen su fuero, otros que dizque hacen cine y pasean en motocicleta,
delegados que chocan camionetas que no podrían comprar con su sueldo,
legisladores que van a dormir a su curul y que ganan 74 salarios mínimos, otros
que detienen en el aeropuerto con su buen cargamento de armas. Están los
escandalosos, los que charolean a
todo el mundo y arman un zafarrancho igual en una sala de cine que en un
mostrador de línea aérea. Por no hablar de las maravillosas trifulcas que se
han desarrollado en el pleno. El mismo ex presidente Fox. ¡Gran nivel ¿no?!
Por eso Carmen Salinas estará a
la altura de las circunstancias. Su intención es abogar por los derechos de los
actores del medio artístico, impulsar el rescate de los teatros y demás foros
abandonados y mejorar las condiciones de trabajo los actores. Seguro serán
parte importante de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la cámara baja.
¡Mi Carmelita tan bonita y tan hermosa y tan linda ella con su trajecito sastre
que se mandó a hacer y sus zapatitos de tacón galleta!
Obituario: #FueraBueno
No hay comentarios.:
Publicar un comentario