martes, 29 de septiembre de 2015

Luz de la calle



Esta vez sí se atrevió. Esta vez levantó la voy y soltó un par de manotazos en la mesa. El presidente Peña se lanzó a la ONU, infló el pecho, levantó su dedo flamígero y vociferó: "En todos los continentes, en todas las latitudes, los migrantes viven historias de riesgo, de rechazo, de discriminación y de abuso. No permitamos que se pretenda despojar a las democracias del mundo de su espíritu plural e incluyente…” ¡Eso! Ese es mi presidente, defendiendo al pueblo mexicano de los malditos y perversos planes de un magnate hombre de negocios dueño de un montón de lana.

Pero no todo estaba dicho, Enrique Peña Nieto prosiguió: "Estas condiciones se agravan cuando por ignorancia, mala fe, racismo o mero oportunismo político, los inmigrantes y sus hijos son estigmatizados y responsabilizados de las dificultades propias de los países de destino. No permitamos que continúe esta injusticia. No permitamos que se pretenda despojar a las democracias del mundo de su espíritu plural e incluyente". Y ya para terminar casi exigió "sumar esfuerzos para crear un esquema mundial de protección a los derechos del migrante a la altura de los desafíos que estamos viviendo".

¡Bravo! Aplausos de pie. Ese es el estadista que estábamos buscando desde hace más de setenta años. Ese que pone la cara ante el mundo y le grita sus verdades a los perversos que nos quieren borrar la sonrisa de la boca…

Muy bonito, sí, ajá… ¿Y el sur?

La gente que cruza por  nuestra frontera sur corre siempre el riesgo de ser extorsionada, robada, violada o secuestrada por algún grupo criminal. Ahí participan también personas infiltradas que se dedican a observar y a escuchar a los migrantes, para saber quiénes de ellos tienen familia en México y en los Estados Unidos, y quiénes pueden tener dinero para quitarles hasta el último centavo.

La política migratoria que el gobierno presidido por nuestro heroico defensor arriba mencionado aplica para el sur es un espejo de las exigencias de nuestros vecinos del norte. Esta política tiene como objetivo, igualito que míster Trump, convertir a la frontera sur en un “muro de contención” de los migrantes. Ya saben, "no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti", o lo que es lo mismo "trata como quieras que te traten". Pero ¿para qué pedirle paras al olmo? Mejor subirse al podio de  Naciones Unidas y aventar un discurso que, a nosotros, nos sirve para dos cosas. Porque es bien sabido que tenemos un gobierno que ni nos ve, ni nos oye. ¡Qué triste es eso de ser luz de la calle!

Obituario: “Si el norte fuera el sur sería la misma porquería” , el poeta Ricardo Arjona sigue teniendo razón.

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