Cuando se le ocurrió hablar de
la estrepitosa caída del peso ante el dólar, por supuesto que Andrea Legarreta
estaba leyendo, lo digo porque hay genios, mentes verdaderamente suspicaces,
que encontraron el hilo negro y afirmaron lo que la misma actriz y conductora
confirmó vía twitter: Era una mención pagada. Y como ella es una mercenaria de
la televisión, pues lee todo lo que le avienten en el prompter, lo ha dicho
ella misma, TODO.
La cuestión es que el letrado
pueblo de México se crea que la idea (redactada con las nalgas, por cierto),
salía de la brillante mente de la esposa de Erik Rubín como si fuera una preciosa
y precisa introversión explicativa. Al fin y al cabo, la señora es una líder de
opinión (así es, desafortunadamente, pobre México). Así, el anunciante, quien
quiera que sea, tenía la idea de calmar las aguas y tranquilizar al vulgo. “No
porque suba el dólar suben los precios de todos los demás productos. ¿Quieren
saber por qué? Nuestra economía vende productos a todo el mundo y entonces se
vuelve más competitiva. Entonces vende más barato a todo el mundo y genera más empleos”,
dijo ella. Luego el distinguido y perspicaz intelectual Raúl Araiza agregó: “Lo
que pasa con el dólar no tendrá efectos negativos en nuestra economía
familiar”. ¡Sí señor! Nunca mejor dicho.
Ahora, en entrevista con reconocida
revista fifí, la economista se defiende: “Nadie dijo que el dólar no afectara a
la economía. Se necesita ser imbécil para no saber que el dólar claro que
afecta a la economía, no sólo en nuestro país, sino en el mundo”. Querida
Andrea, debo decirte que, en efecto, eres una imbécil.
Obituario: ¿José Tomás?
Demasiado ruido y muy pocas, pero muy pocas nueces.
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