Gracias al multimillonario
hombre de negocios, magnate y buen samaritano Carlos Slim, los juegos olímpicos
de Río de Janeiro podrán ser vistos en todos lados, por todas las plataformas,
en todo momento y hasta con los ojos cerrados… Ah, cierto, menos por Televisa y
Tv Azteca.
Éstos últimos, siempre que
pueden, le ponen el pie al dueño del territorio Telcel. Pero la venganza es un
plato que se sirve frío. Mi querido tocayo compró los derechos del
multiaclamado evento para latinoamérica y lo repartió (porque así es de lindo)
a todo mundo. Amablemente se lo vendió a Fox Sports, a ESPN, se lo regaló a los
canales 11 y 22 y lo regó por muchas plataformas digitales y sitios de
internet. Pero a sus colegas de las televisoras abiertas les pintó unos
preciosos caracolitos. Ni modo. En la guerra, en el amor y en las
telecomunicaciones, todo se vale.
Mientras, mi Charly y su yerno
Elías Ayub están que se doblan de la risa con tan admirable y precisa broma.
Los dejaron encuerados.
Así, la gente de Azcárraga y Salinas
Pliego tienen órdenes precisas de no mencionar para nada la justa olímpica. Si
algún mexicano gana una medallita o hace un buen papel, quizá le den 20 o 30
segundos en algún resumen, pero nada más. Para ellos Río va a pasar de noche.
Ya lo saben, mis queridos
Emilio y Ricardo, así lo dice la desiderata: “Si te comparas con los demás, te
volverás vano y amargado pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas
que tú”. Aunque parece que no lo entienden, su soberbia no los deja ver. Y sí,
don Slim tiene más lana que ustedes dos juntos, puede comprar lo que sea.
Suerte con su “cobertura total” sin juegos olímpicos... Mientras, vayan
haciendo su cochinito, no vaya siendo que tampoco les alcance para Tokio 2020.
Obituario: El Chapo está que se
va, se va, se va y no se ha ido.
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