Ya lo dejaron solo, Ted Cruz y John
Kasich fueron los últimos en aventarse del barco republicano que lleva al
insufrible Donald Trump a contender por la presidencia del país más poderoso
del mundo. Todavía no es oficial, pero ya es un hecho. Mi Hillary debe estar
preocupada. La última encuesta entre los dos pone al simpático magnate 7 puntos
arriba de la esposa de Bill… Ay Dios.
Hace un año la premisa era
totalmente descabellada: Donald Trump, un candidato que viene de afuera, del
mundo de los negocios y de la farándula, un payaso que más bien parece chivo en
cristalería, que le tira a todo y a todos sin ningún argumento firme y que
defiende posiciones nacionalistas mucho más a la derecha que cualquier otro
contendiente serio a la Casa Blanca en décadas recientes… Hace meses era un
chiste pensar que alguien así realmente tuviera una posibilidad de ser el
próximo presidente de Estados Unidos.
Trump es un
"outsider", nunca ha tenido un puesto político, es un imbécil al que
un día se le ocurrió que quería gobernar su país, un populista con un discurso arrebatado
contra todo lo económico y lo político, se ha dirigido a las clases trabajadoras
blancas y a sus inseguridades raciales. Y le ha atinado. Descalifica a los
mexicanos como violadores, promete prohibir la entrada de musulmanes a Estados
Unidos y amenaza con una guerra comercial contra China.
Pero lo verdaderamente
preocupante es que, teniendo en cuenta la extraordinaria campaña de Trump y la
manera como ha desafiado una y otra vez los pronósticos que auguraban su
derrumbe, pocos se aventurarán a descalificar del todo sus posibilidades
electorales en noviembre. Aquel chiste ya no es gracioso. En fin, in god we
trust.
Obituario: Pepillo contra Flor
Rubio… ¡Nivelazo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario