No sé a
ustedes, pero a mí, los spots de Ricardo Anaya, flamante pre candidato
presidencial del frente comoseaquesellame, me dan harta ternura. Ternura por
él, pero mucha envidia por la gente que se los propone y los produce. Pero
vayamos por partes.
En el spot
más tierno dice el locutor, con un tono como entre sorna y lástima: “Él es
Ricardo Anaya, quiere ser candidato a presidente de México…
“Ha
enfrentado el PRI como pocos”, acto seguido, nuestro protagonista dice: “Ese
PRI corrupto, que le ha fallado a México, se tiene que ir…”
Otra vez el
locutor: “Defendió a México en Estados Unidos”. Otra vez Anaya: “Es insultante
e inaceptable” -claro, en un perfecto inglés, pero como yo no lo entiendo, pues
les transcribo lo que dicen los subtítulos-.
Una vez más
el locutor: “Y también en Canadá”. Una vez más Ricardito, en un francés muy
fluido: “Le pupú le pegó le guagua”.
Ya luego
sale con grandes líderes mundiales y con sus hijitos con su esposa y el locutor
dice que para él las familias mexicanas son lo más importante y que es bien
lindo y que es lo que nuestro país necesita. “Escribamos juntos una nueva
historia”, remata el precandidato.
Sin embargo,
lo preocupante no es la naturaleza del comercial, un spot sin pies ni cabeza,
desmembrado, con frases sueltas y puestas a lo loco. “Es insultante e
inaceptable”, dice en inglés y “somos la región más competitiva de todo el
mundo”, en francés. ¿Qué es insultante e inaceptable? ¿Y a qué se refiere en la
segunda frase? “Ese PRI corrupto, que le ha fallado a México, se tiene que ir…” No,
pues sí, sí que ha enfrentado al PRI como pocos, ¡como muy pocos! ¡¿De qué rayos habla?! Nada más nos presume su
naturaleza blanca, transparente, buena y, sobre todo, trilingüe.
Eso sí, la
casa productora que hizo esta –y otras- bellezas debe estar feliz. Un spot como
este, hecho así, con las patas, debe costar alrededor de 300 mil pesos. Nada
más la pura pieza, olvídese usted de la transmisión y todo lo demás. ¡Yo quiero
hacerlos!
Pero Ricardo
Anaya tiene para eso y para más –claro, a nuestras costillas-. Y apenas es el
principio, tenemos por delante seis meses para seguir viendo y escuchando joyas
como ésta. Así que ya lo sabe, por favor, échele paciencia.
Obituario:
Ya se va mi Osorio Chong, por la puerta trasera, a ocupar un escaño en el
senado.
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