Mi Frances McDormand –futura
ganadora del Oscar a la mejor actriz–, en la cinta “Tres anuncios por un
crimen” –futura ganadora del Oscar a mejor película–, dice que “mientras más
público sea un crimen, más probabilidades hay de que se resuelva” … Y tiene toda
la razón.
La semana pasada un par de
uniformados detuvieron a Marco Antonio, presuntamente se había robado un
celular. Lo detuvieron, lo sometieron y luego desapareció… Su caso se viralizó.
Hubo memes, notas, quejas, reclamos, marchas y todo lo demás. Cuando la presión
subió de tono las autoridades, por supuesto, se pusieron a trabajar y, acto
seguido, mi Marco Antonio apareció, ¡bingo! La justicia en este país es rápida,
pronta, expedita y para todos…
Claro que eran más de 200
elementos los que andaban tras la pista de Marquito. En estos casos hay que
mostrar el músculo y sacar toda la fuerza de haya disponible, no se escatiman
recursos. Los perros deben dejar de ladrar ya, dan mucha lata. ¿Y cómo se
callan? Con resultados, dándoles lo que tanto reclaman: atención, cuidados y
soluciones. Ya, ya apareció. Y una vez terminado el show, váyanse a otra pista,
al fin y al cabo, el circo es muy grande.
Y a todo esto, ¿qué le pasó a
Marco Antonio Sánchez? Pues sabrá Dios, uno no sabe nunca nada, y como no
adivino, seguiré esperando hasta que el muchacho esté en condiciones de
declarar. Por lo pronto está en un psiquiátrico, ¿por qué? Tampoco lo sé, pero
cuando lo encontraron estaba golpeado, no traía zapatos, no recordaba su nombre
y, además, cojeaba.
Las autoridades dicen que habrá
que esperar hasta dos semanas para que el joven estudiante nos platique qué le
pasó. Es mucho tiempo y este país no tiene memoria y cambia de página muy
rápido. Sin embargo, no debemos dejar de lado este caso, ni quitarle los ojos
de encima. Aquí hay gato encerrado y miles de hipótesis, desde una golpiza por
parte de los policías que lo detuvieron hasta la terrible adicción a las drogas
que sufre el estudiante, pasando por las golpizas que le propinaba su padre. Lo
cierto es que tenemos a un estudiante de 17 años que desapareció durante más de
cinco días y que de pronto apareció en condiciones sumamente extrañas. Eso,
señores, alguien lo tendrá que explicar. ¿Quién sabe? Tal vez nada más anduvo
de paseo en un universo paralelo. No sé, se oyen tantas cosas.
Obituario: Y Cuauhtémoc Blanco
puede ser gobernador de Morelos… Quizá el que vive en un universo paralelo soy
yo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario