Un día como hoy, pero de hace
70 años, en un búnker en el inframundo de Berlín, con un plomazo en la cabeza y
una cápsula de arsénico en la boca, se quitó la vida Adolfo Hitler, mejor
conocido como el hijodelachingada más grande que ha pisado este mundo. El ser
humano más odiado del planeta. Asesino,
dictador, poseído, demoniaco, idealista, loco, frío, salvaje, egoísta,
insaciable, paranoico, déspota, absolutista, perverso, infernal… Un genio del
mal, de lo más bajo y que la humanidad haya visto
hasta hoy. Se alzó por encima de los hombres normales… para mal.
La
figura del máximo líder de la Alemania nazi ha sido despedazada y satanizada
por setenta años, por su maldad, por su fanatismo, e incluso por su vida
sexual, supuestamente desviada. Es el anticristo, el máximo villano de la
historia, de naturaleza inhumana e ideología y métodos torcidos.
Al menos eso es lo que dice la
historia, esa historia que escriben los ganadores, esa historia que grita,
llora y patalea por seis millones de personas muertas en el holocausto judío,
pero que no dice nada de Hiroshima y Nagasaki (¡eso sí que estuvo muy bien!).
Esa historia que no menciona a las más de cien mil mujeres y niñas alemanas
violadas y ultrajadas por los ejércitos aliados entre 1945 y 1949. No, ellos
son a toda madre. Son los héroes que el mundo necesita. Los vengadores de carne
y hueso.
Que conste que no defiendo al
Führer, si hubiera sido un solo judío en Auschwitz, igual hubiera sido un
crimen espantoso. Solo digo que la cosa no es pareja. Stalin es
responsable de más muertes que Hitler. Por otro lado, ¿quién ha contabilizado
las victimas del colonialismo inglés, francés y estadounidense? ¿O cuántas víctimas
se pueden contar, cortesía de las
instituciones religiosas que promovieron por siglos el antisemitismo y que
después ignoraron (o aplaudieron) el holocausto?
No, el
ojete es Hitler, el único culpable es él. Los demás son la Madre Teresa de
Calcuta (que, por cierto, también tenía su carácter, pero esa es otra columna).
En fin, el 30 de abril de 1945,
con un balazo en la sien derecha, acabó el sueño milenario de un loco que tuvo
en vilo a la humanidad. Y terminó así lo que fue una
verdadera masacre, la más ignominiosa humillación, la más incontrolable
barbarie, el más terrorífico espanto... Eso sí, para dominarlo se tuvieron que
reunir todos los ejércitos de la tierra.
Obituario:
Hoy se estrena “Avengers, la era de ultrón”, la voy a ver, ¡God bless America!