Les cuento mi muy particular
caso (claro, si es mío, es muy particular): Desde donde escribo esto, el
distrito electoral número 24… Valentín, del PRD, era diputado, pero como es
chapulín y además es el delfín de mi Mauricio Toledo, ahora quiere ser delegado
en Coyoacán. También está Hanna, que va por el PRI y también quiere dicha
delegación. No, no me pregunten cómo se apellida Hanna, los carteles no traen
apellido, ha de ser como José Alfredo, a quien todos conocen así, sin apellido.
¡Ah! También está Miriam
Saldaña, muy guapa y distinguida, grandota, echada para adelante, ella va para
diputada por el sol azteca. El domingo pasado andaba en el tianguis repartiendo
volantitos, de esos que nadie lee y que terminan tapizando el pavimento de una
forma preciosa. Ahí mismo, en el tianguis dominical, estaba el contrincante
panista de Miriam, no supe su nombre, un peloncito muy saludador y
dicharachero. El tipo no tenía idea de nuestro problema del agua (un güey abre
y cierra la llave de la bomba a su antojo), pero prometió solucionarlo. ¡Ay
ajá! Su amplia sonrisa en un fondo azul se veía bien bonita en el suelo ya
revestido de amarillo. “Ojalá me apoye con su voto”, le suplican a las señoras
con delantal y bolsa de mandado que están más preocupadas por el precio del
tomate que por agarrar el papelito que no les sirve ni para sonarse la nariz.
Es lo que hay, lo que he visto.
De los demás partidos no sé ni la “O” por lo redondo. Supongo que van a
participar, aunque no se ve cómo. Toda la basura que hay colgada en los
pendones es perredista. Los pocos anuncios del PRI presentan a Hanna (así sin
apellido) con letras moradas, y más bien podría parecer de los turquesa, ¡a
huevo! Se sabe que es priísta por un logo chiquitito que se asoma por ahí.
¿Y de mera casualidad sabemos
qué rayos ofrecen los amables candidatos antyes mencionados? ¿Cuál es su
plataforma? ¿Para qué? No, ni ellos mismos lo deben saber, total, son tres
años, bueno, dos y medio y a brincar del sartén porque se calienta.
¿Cuántos partidos me falta
mencionar? ¿Usted sabe? Yo tampoco ¡qué flojera! Esa NO es la actitud, por lo
menos, como ciudadanos, tenemos la obligación de enterarnos para llegar a la
urna con un mínimo de información que nos ayude a tachar, o no, a tal o cual
candidato.
Si estos señores no hacen su
trabajo, hagámoslo nosotros, no debemos dejar que se burlen de nosotros. Porque
eso es lo que hacen, ahorita están muy apurados pidiendo y rogando el voto. Y,
como decía mi abuelita “una vez metido, ¡tenga lo prometido!
Obituario: Después de ver todo
lo que recientemente han vivido los tapatíos, yo quiero citar a Jorge Negrete
para levantar la voz y gritar ¡Ay Jalisco, no te rajes!
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