“Pórtense bien”, les dijo el
gobernador de Veracruz a los periodistas de aquella entidad. Semanas después
aparece asesinado Rubén Espinosa, quien por cierto, varias veces expresó estar
amenazado por el mandatario jarocho. Nadia Vera, otra de las mujeres ejecutadas,
también temía por su vida y responsabilizaba a Javier Duarte por lo que le pudiera
suceder.
El resto es de todos conocido.
Sin embargo me surgen varias dudas razonables,
¿de verdad creen tan tonto al gobernador de Veracruz? ¿En serio creen
que se echaría a la uña una ejecución de ese tamaño? ¿Así de violenta y, sobre
todo, escandalosa? ¿Por qué ejecutar a un periodista y a una activista que ya
habían salido corriendo de su jurisdicción? ¿Y para qué rematar con las otras
tres personas? ¿De veras estaba tan enojado? Por eso, como dijo José Alfredo: “Aunque
quisiera yo, no puedo comprender, no sé, no me lo explico”.
Porque el señor Duarte puede
ser todo lo siniestro que ustedes quieran, pero no es tan idiota. Su horno no
está para este tipo de bollos.
Pero ¿quién sabe? Quizá sí tuvo
algo que ver. Quizá se le adelantaron. Quizá no y la cosa viene por otro lado.
Quizá la pista sea la colombiana de identidad desconocida. Quizá nunca lo
sabremos. Y con nuestras perspicaces autoridades, dudo muchísimo que todo se
aclare.
Por lo pronto cinco familias
lloran una pérdida irreparable. Por lo pronto nadie sabe, nadie supo, como
siempre…
Obituario: El presidente Peña
se va de vacaciones, ¿esa es buena o es mala noticia? He ahí otra duda
razonable.
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