martes, 26 de agosto de 2014

Cubetadas de hipocresía




“Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará…”

¡Ay no, qué güeva! Mejor doy limosna y le grito al mundo que le hago al benefactor. Mejor les grito que soy a todísima madre.

La esclerosis lateral amiotrófica es una enfermedad terrible. Afecta a las neuronas, que se desgastan o mueren y ya no pueden enviar mensajes a los músculos, lo cual finalmente lleva al debilitamiento muscular y la incapacidad para mover los brazos, las piernas y todo el cuerpo. La afección empeora lentamente y cuando los músculos en el área torácica dejan de trabajar, se vuelve difícil o imposible respirar por sí mismo. Entonces el enfermo se siente como si le echaran encima una cubeta de agua helada…

Hace dos años, al ex jugador universitario de béisbol, Pete Frates, de 29 años, le diagnosticaron ELA. Un buen día, en una plaza de Boston, 200 personas se juntaron para tirarse una cubeta de agua con hielo encima para recaudar dinero y así hacerle saber a la gente de la existencia de esta enfermedad que no tiene cura ni tratamiento. Sin embargo, hace unos meses esta práctica se volvió un “fenómeno viral" en el que todo mundo (famosos y no) está participando.

Lo llaman “Ice bucket challenge”, y es un reto lanzado a través de internet que consiste en echarse encima su respectiva cubeta de agua helada y, después, retar a otras personas a que lo hagan y sigan nominando. Una cadena de ayuda maravillosa.

La iniciativa comenzó bajo la premisa: "O donas, o te tiras una cubeta de agua helada encima". No, no surgió para hacerse publicidad, ni para hacer alarde de tener gran compasión. Pero ahora artistas, deportistas y todo tipo de gente bonita han tomado el asunto como un juego, solamente para seguir la "moda viral" que se ha disparado en las últimas semanas. Para estar “in”, sentir, y sobre todo, presumir su gran intención de ayudar al desposeído, al enfermo y al que más lo necesita. Para que todos nos demos cuenta de que tienen un gran amor al prójimo, de que están con ellos, de que entienden, se sensibilizan con su causa y, además, cooperan con grandes cantidades de dinero para su pronta solución. Todos estos payasos se han tomado su video mojándose y lo han subido a la red. “Que todo mundo se entere que soy un filántropo extraordinario”. Claro, personas de corazón puro y transparente. Que la gente sepa y se dé cuenta de que lo suyo, lo suyo, lo suyo, es el altruismo. Es un grupo selecto de personalidades compasivas y muy brillantes que demuestran su inteligencia y su bonhomía para ayudar en las causas más nobles.

Calladitos señores, discretos y calladitos se verían muy bonitos. Si les gusta apoyar, si lo suyo es preocuparse por las buenas causas ¡háganlo! Pero no lo cacaréen, no anden por ahí presumiendo cuán bondadosos son. Existe muchísima gente alrededor del mundo que se suma a las causas más nobles que puede haber y no se la pasan diciéndole al mundo lo buenos que son y lo mucho que aman la beneficencia.

Para ayudar no es necesario presumir. Si ayudas, hazlo y ya, cállate. Lo dijo alguien hace más de dos mil años: “…cuando des limosna, no toques trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres…” Y yo lo repito ahora, ¡hipócritas! 

Pobre Lou Gehrig, debe estar revolcándose en su tumba.

Obituario: “AMLO nunca fue una de mis preocupaciones”, dijo el expresidente Felipe Calderón, ¿le creemos?

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