Uno se acaba de sentar en la
silla del cerro, dicen que desde ahí se ven los pinos. El otro lleva quince
años en campaña. Son como el agua y el aceite, pero en el fondo, tienen la
misma esencia. Tienen puesto el disfraz del paladín. Vienen a salvar al país,
quieren lo mejor para todos nosotros. Son lo que México estaba esperando.
En esta esquina, sin colores en
los calzoncillos, el fanfarrón invicto que ganó por nocaut su última pelea, el
recién coronado sheriff regio, el azote de la corrupción, el terror de la
injusticia, el Bronco… ¡Jaime Rodríguez!
En esta otra, con unos
calzoncillos multicolor (que no incluyen el azul, porque el PAN es el único
partido que le falta), con un record de cero ganadas y dos perdidas, el rayito
de esperanza, el mesías tropical, el gurú tabasqueño… ¡Andrés Manuel López
Obrador!
Y la pelea empezó, desde ya se
dedican a atacar al contrincante un día sí y el otro también. “¿De qué vives
Andrés?” “Representas el salinismo”, “aguantaré como Rocky”, “eres más de lo
mismo”, “no has sabido ganar”, “estás con la mafia del poder”, “no, tú eres la
mafia del poder”, “eres amigo de Diego”, “tú eres un metiche”, “mi papá es
bombero y te moja”…
Ese es el nivel, dos bufones
que viven de prometer lo que saben que no van a cumplir. Nuevo León debe estar
preparado para exigirle a Jaime Rodríguez todo lo que los capitalinos no le
supimos exigir a Andrés Manuel entre el 2000 y el 2006…Que gobierne para los
ciudadanos, no para la campaña presidencial.
Mientras eso pasa, acomódese en
su sillón favorito, destape su bebida y échese un buche de palomitas. Esta
contienda va a dar mucho de qué hablar. Por lo pronto, yo no le voy ni al giro,
ni al colorado.
Obituario: 41… Dicen que es un
número mágico, ¿será?
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