Don Andrés agarró un avión, una
carta, una medallita y se fue a Roma a ver a Francisco. El viaje lo pagó Morena
–o sea, usted y yo−. El tabasqueño dice que fue recibido en audiencia, ajá,
pero en audiencia pública, general. Como pudo se acercó al pontífice, lo tomó
de la mano, le dio la medallita, la carta y le dijo un par de cosas. El tiempo
no dio para más. Igualito que las fans de One
Direction, saludo, sonrisa y adiós, hay que atender a los demás, gracias
por su visita. Eso sí, le alcanzaron a tomar tres fotos, todas igualitas, pero
tres.
Yo ya no entendí. Hace unos
años declaró que es cristiano y se inspira en Jesucristo, quien es “un ejemplo
para todos los luchadores sociales”… ¿Entonces?
Agarra un avión –que pagamos nosotros− y va a pedirle frías al Papa, ¡al Papa! Al enemigo número uno de los no católicos. No pierde oportunidad para hacerse notar y está usando a Dios para sus fines. Eso se llama hipocresía y doble moral. "Le dejo mi modesto presente y esta breve carta, cuyo propósito principal es transmitir mi más sincero reconocimiento a su labor, no sólo como representante de la Iglesia Católica, sino como un Papa misionero, de verdad cristiano", dice la misiva… Eso es congruencia y no pedazos.
Seguro, después de leer tan
conmovedora epístola, cuando Francisco venga a nuestro país lo primero que hará
al bajar del avión será preguntar por Andrés, se reunirán en un buen lugar de
churrascos en la Condesa, beberán vino −sacramental, por supuesto−, platicarán, arreglarán el país
y rogarán por todos nosotros.
Y usted, querido lector, tiene
la última palabra. AMLO es tan cristiano que profesa el amor
al prójimo, bloquea el libre tránsito de sus hermanos, desconoce a los que le
ganan, manda al diablo las instituciones, ofende, denosta, miente y además fue
parte del PRI y del PRD… Yo solo sé que antes era ciego y ahora, después de
enterarme de todo lo anterior, veo, y ese milagro lo hizo Jesucristo en mi vida…
Obituario:
¡Que no! El crimen organizado no opera en el Distrito Federal…
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