Cuatro mil millones de dólares
fue lo que Disney pagó por hacerse de la saga más famosa en la historia del
cine. A George Lucas le brillaron los ojitos y se despidió de su prenda dorada.
Vendió aquello que lo hizo rico, famoso y lo llevó a la inmortalidad. Mi George
ya es una leyenda…
Con la franquicia en manos de
Disney, la compañía del ratón se dispuso a producir el episodio VII de Star
Wars, titulado “El despertar de la fuerza”, continuación de la trilogía
original. Muchos dudamos, la magia que nos maravilló en los años ochenta sería
muy difícil de crear. Ni el mismo Lucas lo pudo hacer con sus malogrados
primeros tres episodios (que en realidad son los segundos, pero vienen al
principio. Bueno, ustedes me entienden). ¿J.J. Abrams? ¿De veras? Uy, seguro la
van a aventar para afuera. Será una decepción…
Y esperamos y esperamos. Y nos
dieron probaditas, firmes promesas de que algo bueno vendría. Primero un
tráiler que terminaba con Han Solo llegando a casa. El impacto estaba dado.
Meses después otro avance. Un malo de malolandia, naves que ya conocemos,
batallas, espadas láser y mucha emoción en puerta. Iban por buen camino. La
magia estaba tomando forma. “Todo es cierto”, decía Han Solo. Quizá era un
guiño a nuestras preguntas. “La fuerza te está llamando”. La cosa prometía y
prometía mucho. Yo, por lo menos, estaba ansioso.
Dos meses antes del estreno los
boletos para ver la primera proyección salieron a la venta. Se acabaron en dos
horas. El plan de Disney funcionaba, amalgamar a los fans que crecieron con la
saga con los potenciales nuevos seguidores. Si la película no funcionaba los
partidarios de la vieja saga se irían con el sol cuando muriera la tarde…
Habría que esperar.
Yo compré mis boletos hace dos
meses, el miércoles pasado me formé, compré mis palomitas, entré a sala y me
invadió la nostalgia. También me emocioné, reí, me impacté, me enternecí, lloré
y aplaudí al final (sí, soy un naco). Disney, ¡perdóname! J.J., ¡no vuelvo a
dudar de ti! Lo lograron, ahora, como millones de fans (viejos y nuevos) estoy
ansioso esperando 700 días hasta que se estrene el episodio VIII. La magia
ocurrió, la película es una joya. Es un reboot del episodio IV y justamente de
ahí hereda su encanto.
Lucas decidió dejar Star Wars
en manos de otros cuando se dio cuenta de que una nueva trilogía le
comprometería mucho y le llevaría, al menos, otros 10 años. "El tiempo es
más importante para mí que el dinero", aseguró. No te preocupes George, tu
hijo predilecto está en muy buenas manos.
Obituario: Esta ventana se va a
la vacación. Gracias por leerme un año más. ¡Feliz Navidad y el mejor 2016 para
todos ustedes!
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