lunes, 18 de diciembre de 2017

El "cómo" sí importa



Es muy fácil decirle al mundo lo que necesita para mejorar, eso es muy sencillo, lo espinoso es llevarlo a cabo, punto que obviamente Andrés Manuel López Obrador siempre evita… 

Porque lo más importante es el cómo, sabemos que las varitas mágicas no existen, aunque haya mucha gente que piensa que sí, que Harry Potter es real y que nos puede cambiar la vida con un movimiento de muñeca y unas cuantas palabras rimbombantes y sin sentido… Así, no basta la buena fe, no bastan las intenciones de hacer cosas buenas, de esas que, a la mera hora, son ineficaces.

Es cierto. No es tan simple, pero estamos en campaña, bueno en “pre campaña” y el prometer no empobrece… En estos días Andrés Manuel se ha distinguido por sus fantásticas, sorprendentes, asombrosas y, me atrevo a decir, casi imposibles propuestas. Por ejemplo, ha dicho: “tengo experiencia en el gobierno, ya he gobernado, tengo experiencia en todos los campos de la vida pública, pero en lo que más tengo experiencia es en el desarrollo social, tengo 35 años atendiendo a la gente humilde, por eso creo que se debe combatir la pobreza y la desigualdad, por razones humanitarias, pero no solo debe ser por eso, aunque si somos solidarios, fraternos ya con eso sería más que suficiente, tenemos que tener en cuenta que si no combatimos la pobreza y la desigual va a continuar la frustración y continuará la violencia…” No, pos eso sí…

Luego nos salió con lo de los “ninis”, ofreció que, de llegar a la Presidencia de la República, pagará un sueldo mensual de 3 mil 600 pesos a 2 millones 300 mil jóvenes que no trabajan ni estudian. Así es, saquen la calculadora.

Ok, ahí les va otra: “pensión a todos los adultos mayores, a los discapacitados, a las madres solteras y otros apoyos sociales. Atender a las comunidades indígenas, vamos a garantizarles sus derechos sociales”.

También propone que al eliminar la corrupción habría más recursos para impulsar programas sociales, de igual forma, señala que dará mayor impulso a la educación, la salud universal y abriría más trabajo con los 800 mil millones de pesos que se obtendrían quitando los salarios estratosféricos a los funcionarios de alto nivel, acabando con los privilegios fiscales y terminando con la corrupción… ¡Ah, y cinco nuevas refinerías! (?)

Además, dice que el principal problema de México es el desempleo, seguido de la violencia y la corrupción, a la que propuso combatir de frente y sin rencores. Eso sí, ¡amnistía para los narcos!

Igualmente, sugiere erradicar el fuero constitucional para llevar a los funcionarios y políticos ante la ley por igual como cualquier mexicano.

También dice que reorientará el gasto, reducirá el precio de los combustibles sin aumentar las contribuciones, que aumentará la inversión y los gastos. “Sobrará el dinero…” dice el tabasqueño…

Todo suena rete bonito, ¡bien padre! Nada más propongo que nos diga ¿cómo diablos le va a hacer? Eso es todo. Hasta aquí mi reporte.

Obituario: Este opinador se va a la vacación. Nos leemos el 8 de enero. Por lo pronto, ¡felices fiestas!

lunes, 11 de diciembre de 2017

Cuestión de química



El Frente por México, o Por México al Frente, o como se llame el monstruo de Ricardo Frankenstein es una cosa muy rara. Está compuesto por el PAN y por el PRD, ¡ah! Y por el Movimiento Ciudadano, pero eso es lo menos importante. La cuestión aquí se llama agua y aceite. O lo que es lo mismo, “el poder por el poder”.

Ahora bien, ¿por qué no se llevan bien el agua y el aceite? 

El agua disuelve más sustancias que cualquier otro líquido, por lo que se le suele llamar “solvente universal”, pero existe una familia de sustancias que el agua aborrece y rehúye invariablemente: los aceites –esos que un día se robaron la presidencia-. El PRD no puede acercarse lo suficiente a una gota de PAN como para mojarla. Cosa que ni a Barrales, ni a Anaya les importó.

La razón de ello se encuentra en lo más íntimo de su ser, en su propia naturaleza “dizque de izquierda”. Cada molécula de agua está compuesta por tres átomos: dos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O) –y uno que otro de alguna tribu extraña-. La atracción que experimentan entre sí, la fuerza de cohesión que las mantiene unidas –ajá- es muy especial: deriva de la polaridad que caracteriza a las moléculas y a sus “redes ciudadanas”, como si de un montón de minúsculos imanes se tratase, con sus polos negativos y sus polos positivos, sus chuchos, sus galileos y sus amalios y muchos más… 

Por su parte el aceite está formado por grandes moléculas integradas por muchos átomos de carbono e hidrógeno, de esos derechosos y mochilones, careciendo de átomos de oxígeno, y de neuronas. No son en absoluto sustancias polares, no poseen ningún atractivo para tentar a una molécula de agua –más si mucho tiempo les llamaron “espurios”-. Igual sería acercar un imán a un trozo de madera. No ocurriría nada. 

Conclusión: el agua y el aceite... ¡No se mezclan! ¡No sean necios! 

Pero bueno, ya sabemos que en este país no pasa nada, pero puede pasar todo… Total, ¿a quién le importa? Si lo que piensen los militantes se lo pasan por donde no les pega el sol azteca... 

Obituario: Adiós Chaco, ¡gracias por tanto!


lunes, 4 de diciembre de 2017

El chiste de la amnistía



El fin de semana, el rayito tropical de esperanza salió con otro de sus chistes -ya ven que es bien gracioso y ocurrente-, tuvo la extraordinaria idea de decir que, “si es necesario vamos a convocar a un diálogo para que se otorgue amnistía (a los narcos) siempre y cuando se cuente con el apoyo de las víctimas; no descartamos el perdón. Se debe perdonar si está de por medio la paz y la tranquilidad del pueblo”. Sí, suena feo, suena tonto, suena loco y suena totalmente estúpido. Pero entiendan, ¡fue una broma! Lo dijo nada más para sacudir el avispero y levantar polvo. Por supuesto que el líder en todas las encuestas no piensa así. El salvador del pueblo no tiene esas ideas. El mesías no lleva esas babosadas en su cabeza.

Él sabe perfectamente que los narcos son asesinos, que matan bebés en frente de sus padres, que obligan a hermanos a mutilar a sus hermanos, que envenenan  Que les sacan los ojos a militares vivos para jugar con ellos antes de matarlos. Que hacen “pozole” con sus víctimas para no dejar rastros. Por supuesto que don Andrés no propone perdonarlos… Él señor López sabe que ofrecer amnistías es buscar aliados y carecer de ideas, que es mejor ofrecer trabajo y generar empleos. Él sabe perfectamente qué hacer con los muertos y con las víctimas, sabe que, el final ellos son lo más importante.

Y ya todo mundo se le fue encima, como si no lo conocieran. Las redes, los medios, sus adversarios –porque él no tiene enemigos- y hasta sus incondicionales lo están crucificando.

Como buen mesías, nadie lo entiende, nadie conoce la verdadera naturaleza de sus palabras. Todo lo tergiversan, no entienden sus parábolas, ni su sentido del humor. Pobre.

Obituario: Amigos regios, de verdad, la final solamente les interesa a ustedes, al resto del país nos tiene sin cuidado.