lunes, 24 de septiembre de 2018

Incongruencia




Hace unos días, el hijo menor de Andrés Manuel López Obrador se fracturó una pierna y lo llevaron a Médica Sur, lo cual no tiene absolutamente nada de malo. Es un niño, estaba jugando, se lastimó y lo atendieron. A todos les pasa, fin de la historia. Pero su papá, su papá sí que peca de incongruente. Vamos viendo…

La hipocresía, la doble moral y la demagogia que todo el tiempo maneja nuestro presidente electo. Eso de señalar y descalificar a otros por lo mismo que él mismo hace.

En campaña prometió cancelar los seguros médicos para funcionarios públicos. Dijo: “que vayan al ISSSTE, al seguro, para que vean lo que se siente…”. ¿Qué se siente? ¿De veras sabe lo que se siente estar en la vil calle esperando que le den razón de su familiar? O aún más, que lo atiendan. Estoy seguro que el señor no sabe lo que se siente estar en una crisis grave y solamente contar con los preciosos servicios médicos que brinda el estado. Hay que tener memoria, en diciembre de 2013, AMLO sufrió un infarto y también fue a dar a Médica Sur, donde estuvo internado cinco días.  Sin embargo, lo congruente sería llevar a su hijo y haber ido él mismo a ese sistema de salud pública al que, seguro, tiene derecho. 

Luego entonces, esa propuesta de cancelar los seguros médicos privados para funcionarios “para que vean lo que se siente”, pero no pararse, ni de broma, por un hospital público representa la nula congruencia de un personaje que, solo en su discurso, defiende la austeridad de Estado, las hamacas y los catres… Y que se haga la ley, pero en los bueyes del vecino.

Obituario: La víctima de los vándalos en el clásico regio también traía piedras. Ni tan víctima.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Parches y granos


Ponerse el parche antes de que nos salga el grano: Dícese de prevenir; anticipar los eventos adversos y obrar; ser demasiado cuidadoso; cuidarse de atenuar los compromisos; anunciar posibles reveses que producen excepciones a lo prometido; obrar con cobardía; "vienen tiempos difíciles y hay qué ahorrar ahora; hay que ponernos el parche antes de que nos salga el grano", decía mi abuela, esa sabia viejecita de cabellos blancos Y mi abuelo, picando montones de cebolla, le replicaba: "N’ombre, los políticos son expertos en ponerse el parche antes de que les salga el grano; después te salen con que ellos dijeron que todo estaba sujeto a esto o lo otro y bla bla bla".

¿Les suena? El tema de inicio de semana fue que este país están bancarrota y posiblemente –solo posiblemente- el gobierno entrante no pueda cumplir todas las demandas. Lo que se ofreció sí, pero las demandas no, cualquier cosa que eso signifique. Digo, con 30 años sin crecimiento, ¿qué querían? Las campañas son las campañas y todo se puede, aeropuertos, refinerías, becas, trabajo, comida, transporte, crecimiento, gasolina barata, ahorro, amnistía, justicia, paz, libertad, armonía y felicidad. Total, prometer no empobrece, dar es lo que aniquila.

Y ya para amolarla de acabar, el presidente electo, en su gira de agradecimiento (como la que hizo Bronco en el ‘97), la agarró con el Banco de México, "si se dan esos fenómenos (desequilibrio económico) no es por culpa del presidente de la República, sino por circunstancias externas o por mal manejo de la política financiera que haga el Banco de México, no el gobierno de la República”. Ya, dejémoslo así. El chiste se cuenta solo.

¿Pues no que iba a recibir un país estable y sin crisis? No, siempre no, va a recibir un país dado al catre, en bancarrota, fregado, jodido. Así ni ganas dan de gobernar, mejor nos ponemos el parche antes de que nos salga el grano.

Obituario: Nicolás Maduro comió en el carísimo restaurante de un famoso chef turco. ¿Y los venezolanos, apá?