jueves, 30 de julio de 2015

Hija de piojo, piojita



Miguel Herrera fue removido de su cargo como director técnico de la selección mexicana de fútbol. Una chambita que, sin contar patrocinios y otras cosas, le redituaba a la familia Herrera cuatro millones de pesos mensuales. Sí, leyó usted bien, ¡cuatro millones de pesos! Y todo como resultado del escándalo que se generó cuando Miguel y su hijita se subieron al ring para luchar en parejas contra conocidos comentaristas deportivos. 

Mishelle Herrera, la tristemente célebre “lady pioja” debe estar que no la calienta ni el sol. El muro de los lamentos le va a quedar chico a esta muchachita. Quién sabe si a estas alturas su papá le hable. Ser técnico del tricolor no es cosa menor ¡es un puestazo! ¡Vaya hueso! ¡Y tú con tus estupideces le tiras la chamba y quizá la carrera a tu padre! ¡Ay, Mish!

Pero lo que es que no te funcione la cabeza. La niña tenía hambre de venganza, vio al tipo, entonces se molestó, se envalentonó y se le fue encima. Como no recibió respuesta se le fue al otro, que la trataba de calmar. Como no entendió de razones le soltó un cachetadón. Craso error. Sobre todo en estos tiempos de redes sociales, donde el sueño de George Orwell está a punto de hacerse realidad, la transgresión de esta “lady” no pasó desapercibida (quién sabe a cuántos sujetos ha insultado antes la princesita de papá) y la torcieron en la movida. Su papi pidió disculpas vía comunicado, está adolorido, apenado, acongojado. Acto seguido llegó a Monterrey y se volvió de humo (ajá, como la chica de Emmanuel). 

Y el señor don Piojo tuvo ahora qué pagar los platos rotos y convertirse en el decapitado que la fuenteovejuna tanto reclamaba…

Pero bueno, ni cómo reprocharle. Hace 22 años un coraje similar dejó al aguerrido defensa lateral fuera de Estados Unidos ’94. “Es una granada en la mano”, diría el entonces técnico Miguel Mejía Barón. Así que ¿con qué cara puede mirar el Piojo a su mijita? Si la niña está educada a su imagen y semejanza.

Obituario: El día de hoy este espacio se declara desierto. Hasta aquí el reporte.


martes, 28 de julio de 2015

Después del amor



Sentarse en la silla de director técnico de la selección mexicana de fútbol en este país es como casarse con el amor de su vida…

Ajá, primero viene el enamoramiento, la luna de miel, la melaza sobre las hojuelas, las sonrisas, los cariños, los apapachos, los besos, las caricias y tantas otras cosas…

Después viene la comezón, los malos resultados, la cruda realidad, darse cuenta que las cosas no eran como lo esperaban, los ataques, los reproches, los insultos, las discrepancias y las increpancias (ya sé que esa palabra no existe, pero me gustó cómo se oye). Al final, la inevitable separación. “Tu vida y mi vida se la llevó la… Me voy, esto ya no puede continuar, no eres lo que esperaba, ni yo soy para ti. Te mereces algo mejor y yo doy un paso al costado. No eres tú, soy yo”.

Justamente en ese punto está Miguel Herrera, el otrora amigo de todos. Ese gordito sonriente y bonachón que de pronto se transformó en un energúmeno golpeador de ¿periodistas? Ya se lo había advertido: “donde te vea…” Y pues lo vio y lo enfrentó y le dio unos sopapos en el cuello. Sí, en el cuello, porque mi Christian Martinoli es grandote y no le pudo alcanzar la nariz, que era el objetivo principal. Y su hija se fue sobre Luisito García, lo atacó con un bofetón. ¡Qué injusto! A Luis, que estaba tratando de calmar los ánimos. 

Por favor, que alguien le diga a Michelle Herrera de qué trabaja su papá. Qué hace y cómo. ¡Ah! Y cuánto le pagan. Que alguien le diga que de eso se trata, que si no quiere ver fantasmas, que no salga de noche. Eso sí, la actitud de la niña no me extraña, la educó Miguel Herrera.

Se acabó el amor, se avecina una tormenta. Miguel violó los códigos de la FEMEXFUT, que aunque usted no lo crea existen. No lo sé, quizá cuando usted lea esta columna, ya le estén buscando reemplazo a mi piojo.

Obituario: Bill Cosby, un ejemplo de vida… en sus series de televisión.

jueves, 23 de julio de 2015

Mexicanos que valen





El domingo pasado, la atleta mexicana María Guadalupe González ganó la medalla de oro de los 20 kilómetros en los Juegos Panamericanos de Toronto-2015. La marchista cruzó la meta y acto seguido se desvaneció… “Ya quería pararme, ya sentía muy feo, mi respiración ya no era normal, ya mi cabeza estaba mal”. Ella dice que no sabe cómo llegó a la meta, no se acuerda. Lo único que sabe es que tenía que cruzar. Se esforzó y consiguió el primer sitio. Un esfuerzo sobrehumano la llevó hasta allá. ¿Cómo? Quién sabe, pero lo logró.

Encima de todo, la deportista ofreció su medalla a todos los mexicanos. Y hasta ofreció disculpas: "El desmayo no estaba planeado, estaba planificado ganar, pero no en esas condiciones. Le he dado una preocupación a mi familia, a mis entrenadores. No debió pasar esto, les ofrezco una disculpa, pero no contaba con el calor que se sintió aquí".

Obviamente, como se estila en este país, María Guadalupe no tiene seguro su futuro. No sabe si va a ir al mundial de atletismo, tiene un lugar, pero no le han confirmado nada. Quiere rozarse con los mejores y saber qué le hace falta para llegar a los Juegos Olímpicos en Brasil…

Todo o anterior, es el claro ejemplo de los mexicanos que luchan, que trabajan y que se parten el lomo por un sueño. De esos que no esperan nada de nadie para lograr sus sueños. Guadalupe no tiene patrocinios, ni hace comerciales, ni vende nada, ni sale en la tele. Ni se concentra en hoteles lujosos, ni gana millones de dólares al año. Sin embargo es una deportista de élite, simplemente por hacer lo que hizo y por cómo lo hizo.

Ojalá que las autoridades y/o los patrocinadores la volteen a ver. Ya se ganó la oportunidad. Vale y vale mucho. Quizá no reditúe tanto como los atletas que trabajan con las patas, pero es un garbanzo de a libra que debemos aquilatar. ¡Bien por ti Lupita! ¡Aprovecha todos los parientes y amigos que te van a salir!

Obituario: Propone AMLO alianza electoral con la CNTE… ¡Y todos nos volvimos locos!


martes, 21 de julio de 2015

Defendiendo al criminal





"Por lo pronto, qué bueno que ‘El Chapo’ se salió, ojalá y vaya a pavimentar calles y a tapar pozos, porque él sí hace cosas por su pueblo; yo estuve en Mazatlán cuando lo agarraron la primera vez, hace un año y medio, y la gente en el malecón llegaba llorando porque lo habían agarrado, porque dicen que ayuda mucho a la gente que quiere", señaló hace unos días la brillante Susana Zabaleta…

“Dicen que ayuda mucho…” La sensual cantante y actriz no lo sabe de cierto, pero lo ha escuchado, “dicen”. Luego entonces, el tipo es un semidios. 

En el 2012, otra distinguida intelectual de nombre Kate y de apellido Del Castillo publicó una sentida y romántica carta en twitter, donde apuntó: “Hoy creo más en el Chapo Guzmán que en los gobiernos que me esconden verdades aunque sean dolorosas, quienes esconden la cura para el cáncer, el sida, etc. para su propio beneficio y riqueza”. Después invita al capo a traficar con el amor. ¡Estoy llorando!

Y el fin de semana pasado, durante una entrega de premios, Armando Christian Uria Ruiz Pérez, conocido en los bajos mundos como “Pitbull”, luego de recibir su presea, se envalentonó y gritó a los cuatro vientos: “¡Trump, ten cuidado con el Chapo, papo!” Es Pitbull, canta reggaetón, por lo tanto sabe perfectamente bien lo que dice.

Pero lo que seguramente no saben estas tres estrellas internacionales es que están defendiendo a un mafioso, a un tramposo, a un matón, a un asesino, al capo más peligroso del mundo en los últimos treinta años (y quizá me equivoco). Alguien que vive de envenenar a quien se deje. Un hombre sin alma, sin corazón, sin sentimientos y sin una pizca de compasión que ha asesinado, él mismo, a más de tres mil personas. Líder de una organización que lleva más de 20 mil asesinatos en toda su historia criminal.

Ése es el Chapo, ese valiente que burló por segunda ocasión el sistema penitenciario de máxima seguridad. El que se burla de usted, querido lector, y de mí. El que sigue matando, envenenando, torturando y extorsionando desde algún lugar del mundo. Así que sigamos aplaudiéndolo, se lo merece, es lo máximo, ¡bien por él!

Voy a cerrar esta columna con un párrafo de lo que ayer publicó León Krauze: “Los apologistas del Chapo Guzmán harían bien en leer la biografía de su ídolo. Tendrían que detenerse en cada detalle, estudiar la crueldad, la violencia y el apetito de poder y sangre. 

Nada de romántico tiene la figura. No es lo mismo un forajido idealista que un empresario del veneno y la muerte. Insistir en lo contrario es ceder a la peor forma de la frivolidad”.

Obituario: #NoEraPenal, pero #SíEraMuchaLanaPerdida