viernes, 29 de mayo de 2015

Aquí, desquiciando



Vaya desde aquí un caluroso y fraterno abrazo a todos aquellos choferes de taxi que llevan un  par de días trastornando a la Ciudad de México… Ellos cumplen con todo lo que se les pide: licencia, tarjetón, verificación, cromática (de Hello Kitty para niñas y Iron Man para niños), placas, revista, tarjetón, exámenes toxicológicos, seguro, registro, taxímetro y un sinfín de requisitos…

Pero llegaron Cabify y Uber y los amos del volante sintieron calambres. Por lo que hay qué protestar. No es justo. Sí está bien que el grupo de los “panteras” tengan sus taxis disfrazados, sin ninguna reglamentación, con el taxímetro escondido y con choferes dignos de admiración. Decentes y educados. Ingleses, pues. “Con ellos no hay pedo”, dijo un manifestante, “son la banda”.

Por eso ayer, en su manifestación, cuando vieron un coche nuevo, con gps y todo, se dieron a la tarea de “romperle la madre”. Cual Ryu en Street Fighter,  se dedicaron a destruirlo, medallón, llantas, puertas, quemacocos. ¡Todo! Lo dejaron para el deshuesadero. “Es el enemigo”, decían. Pero no, resultó que era de una señorita que se encontraba en el lugar equivocado y en el momento erróneo. 

La disputa sigue, la ciudad está en pausa. No hay por donde circular. “Si no tiene qué salir no salga”, dicen en los noticieros. Ajá y entonces que me corran del trabajo ¿no?

Lo que los taxistas no entienden es que, en vez de preocuparse por las nuevas empresas y las nuevas tecnologías, deberían pensar en ellos mismos, en mejorar su servicio y sus unidades. Deberían pensar en no apoyar a los partidos políticos que los agrupan y los manejan como una mafia. Deberían preocuparse por recobrar la confianza del pasajero común. Ése que les estira la mano y el dedo en cualquier banqueta y que se sube al auto con un rosario en la mano y el Jesús en la boca. Deberían preguntarse ¿cómo diablos llegaron a ser el penoso gremio que son hoy?

Esas, señores choferes de taxi, deberían ser sus mayores preocupaciones. Esas y no andar volviendo loca a una ciudad que loca ya está por sí misma.

Arjona tenía razón, ¿qué es lo que hace un taxista construyendo una herida?

Obituario: Santos y Querétaro… ¿A alguien le importa?


martes, 26 de mayo de 2015

Aprovechando la desgracia



...Y entonces los primitos jugaron al secuestro, a Christopher lo raptaron, lo torturaron, lo apuñalaron, le sacaron los ojos, lo enterraron y pusieron un perro muerto en el lugar para que cubriera el olor del cadáver del niño de seis años... Macabro crimen, monstruosa, pero real historia sucedida en Chihuahua.

La familia sufre, la mamá clama justicia y el país entero se espanta... ¡Ah! Y Laura Bozzo saca su raja...

La distinguida señorita Laura inmediatamente se subió al tren de la desgracia y saltó a ofrecer ayuda a la parte afectada. Eso sí, como diría mi Lolita Ayala: “sólo por ayudar”.

Porque mi Lau  en ningún momento presionó a Tania Concepción Mora Alvarado, madre de Christopher, solamente le mandó cámaras y micrófonos para que se desahogara en cadena nacional, para que anegara el canal de las estrellas con su llanto. No señores, la mamá de la víctima le rogó y le suplicó a la heroína peruana, defensora de los débiles y protectora de los desposeídos que los ayudara en este difícil trance. Ella se interesó en el caso, porque antes que conductora es abogada y mamá, entonces cuando vio esa historia, se horrorizó porque no se trata de un crimen cualquiera. No busca fama, busca la justicia. ¿Pues por quién la toman? ¿Qué no la conocen? ¿No saben quién es?

Si el favor se lo pidieron ellos, no dejaban de implorar y por eso intervino como intervino. La señora tiene todo el apoyo de Laura, quizá hasta le pueda regalar un carrito para hot dogs, o una licuadora.

Entendámonos bien: el único afán de la conductora de televisión es que el caso no quede impune, por lo que ella impulsará el cambio a la ley para que se castigue a los niños que cometen crímenes como adultos… Si es hermosa la señorita Laura, esa mujer tiene un corazón de oro. Es la semidiosa de la misericordia. Y ustedes pensando que todo lo que hace en su asqueroso programa lo hace por mero rating y morbo. ¡Por Dios!

Obituario: Marcelo se quedó como el perro de las… ¿cuántas tortas?






martes, 19 de mayo de 2015

Un gran candidato



Es echado para adelante, valiente, animoso, esforzado, trae su discurso muy bien preparado y mejor estudiado, quiere acabar con las ratas y la corrupción, toma riesgos y enfrenta la vida como venga. Dice que él es cuaderno de raya y que todos los demás son hojitas sueltas. No estudió en Harvard, pero cuenta con el coraje para hablarles a la cara a los demás candidatos. Se enoja, grita, patalea, señala, cuestiona, revira y ya hasta ganó un debate.

Está cerca de la gente, la escucha, la apapacha, repite su speech (de veras, se lo sabe de arriba abajo y de regreso y al revés). Habla de un nuevo despertar, de una nueva primavera, de trabajar para todos desde su trinchera. Dice que va a despachar en la planta baja, que su oficina no tendrá puerta, da su teléfono al aire (eso sí, no tiene whatsapp) y le contesta a todo mundo. Si gana no va a gobernar, va a servir.

Según él va en primer lugar en las encuestas, pero no está luchando para conseguir votos, está luchando para conseguir que la gente despierte, que la gente reaccione, que la gente entienda lo que dice Albert Einstein: “es de locos pensar que haciendo las mismas cosas puedan suceder cosas distintas”

Resultó un gran candidato, hasta resucita gente a cinturonazos, bueno, con la hebilla. Pero es un tipo simpático, cordial, animoso, se brinca los patrones establecidos, quiere cambiar las cosas, es voluntarioso, abierto, en fin. Monterrey podría tener un excelente alcalde, si no fuera porque es el “Pato” Zambrano. Lástima, el chiste se cuenta solo.

Obituario: Que van a liquidar las barras bravas en el fútbol mexicano. Ajá, y yo me chupo el dedo por cochino, no por… idiota.


jueves, 14 de mayo de 2015

El metro, ¡tan lindo!



Para la clase política es muy fácil prometer. Prometen y prometen, y luego nos prometen ¡y nada! Ellos lo que quieren es brincar al siguiente eslabón. Si acaso llegan a realizar alguna obra, ésta debe ser visible, nada de drenajes profundos o tuberías escondidas. Tampoco túneles ocultos en el inframundo. No. Hay qué hacer cosas que estén expuestas, no importa que estén mal hechas, la cosa es que se vean, para cacarearlas.

Es el caso de Marcelo Ebrard, a quien le urgía, antes de abandonar su puesto, concluir las dos obras cumbres de su sexenio como jefe de Gobierno del Distrito Federal. Una era el segundo piso en periférico a la altura de la fuente de petróleos. La otra era la preciosa, hermosísima, admirable, maravillosa y funcional línea 12 del metro. La “línea dorada”. Ésa sería una línea del metro, las demás eran estupideces.

Pero diciembre del 2012 se acercaba y los trabajos nada más no terminaban. Le dieron “velocidad” y finalmente la línea que todos estábamos esperando –y que por cierto tardó casi 5 años en construcción− se inauguró con bombo, platillo, Marcelo, Slim, Calderón, Hollywood, la Raza y varios más, el 30 de octubre del mismo 2012. Ebrard respiró, ¡le cumplió a la ciudadanía! Ahí tienen su transporte, bola de… usuarios. Yo −seguro dijo−, yo ya ni a la presidencia aspiro, pero ustedes se quedan con su metro bien grandote, bien rapidote y bien limpiote…

Casi de inmediato comenzaron los problemas. Era muy importante revisar el funcionamiento del tramo elevado, así que, con su permiso, las autoridades correspondientes procedieron a trabajar por las noches. ¡Pero si es nuevo! “Sí, pero es por su seguridad y por su comodidad. Entienda, estamos trabajando para usted”.

Y luego resultó que de plano la línea no sirvió y todos se siguen echando la bolita. De golpe y porrazo cerraron 11 estaciones “hasta nuevo aviso”. ¿La causa? “Una serie de deficiencias”. Piezas dañadas, durmientes fracturados, desgaste y ondulaciones en los rieles, vibraciones en los trenes, tornillos rotos, ruedas dañadas y desgastadas, piezas sueltas sobre los rieles. En fin, la línea es un desastre. 450 mil personas nos vimos afectadas. Más los que circulan por avenida Tláhuac, que también quedó  reducida y, en condiciones normales, resulta sumamente problemática. Imagínese usted ahora.

Pero pidieron disculpas. Joel Ortega sigue sumamente apenado. El cierre era necesario. “En cuanto a seguridad no se titubea”, dijo. ¡Eso! Mejor así que una tragedia de las dimensiones del News Divine. Y de eso, el ingeniero sabe. Y sabe mucho.

Pero eso sí, subieron el costo del boleto para mejorar. Y sí, mejoró muchísimo. Desde entonces ha habido choques, fallas mecánicas, desalojos, explosiones, conductores borrachos, fugas, avances lentos, avances con las puertas abiertas, sobrecupo y cualquier cosa que a usted se le ocurra. ¡El metro de la Ciudad de México es una verdadera maravilla!

Obituario: Un saludo enorme a todos los plomeros que están involucrados en la planeación, realización, construcción, manejo y mantenimiento de todas y cada una de las líneas del metro. ¡Gracias por ser como son! 

martes, 12 de mayo de 2015

¡Ay Cruz Azul!



Irle a Cruz azul es estar un poco zafado, Cruz Azul, desde hace por lo menos 35 años, es el "ya merito", siempre está presente, es protagonista del torneo, se arma con jugadores caros, desembolsan grandes cantidades, traen directores técnicos que han triunfado en otro lado, levantan ilusiones, forjan esperanzas, crean sueños, pero al final, siempre es lo mismo.

Soy seguidor de Cruz Azul porque cuando era niño era el club que ganaba siempre y esa es razón suficiente para que un niño se enamore de un equipo. Eso me pasó con Cruz Azul. Pero conforme fue pasando el tiempo, la “máquina celeste” se convirtió en una máquina de la fatalidad. Un buen día Miguel Marín se retiró y se llevó con él la grandeza de este club. Cuando, a principios de 1980, se fue, se llevó con él los triunfos y todas las alegrías. O tal vez en los 70's ganaron tanto que se gastaron las victorias.

Guardaron una para el invierno del '97, pero fue nada más como para poder respirar...

Por la banca de Cruz Azul han pasado técnicos muy calificados, históricos en nuestro fútbol. ¿Le suenan los nombres de Manuel Lapuente, Mario Velarde, Nacho Prieto, Sergio Markarian, Nelson Acosta, Víctor M. Vucetich, Mario Carrillo, Rubén O. Romano, José Luis Trejo, Memo Vázquez y un largo etcétera? Eso, sin contar a Don Enrique Meza y Luis Fernando Tena que han dirigido al equipo hasta en tres ocasiones cada uno. ¡Tres veces! Eso es terquedad, no sé de qué parte, pero es terquedad.

Y el aficionado sufre, me consta, mucha gente me ha visto llorar por las derrotas azules, es un llanto amargo, de impotencia, un llanto que duele, que cala, es un llanto que no se puede explicar. Las derrotas duelen, pero habemos gente que queremos demasiado al equipo, habemos gente a la que el grito de ¡azul, azul, azul! nos pone la carne chinita, queremos triunfos, queremos un equipo ganador y por eso le perdonamos todo.

No me voy a poner aquí a culpar a nadie, ni a repartir responsabilidades, ni voy a decir que la institución es ejemplar, que les pagan a tiempo a sus jugadores, que la cooperativa es una empresa impecable, que el equipo goza de un ambiente e instalaciones inmejorables, que la "grandeza del club obliga", que desde que murió don Guillermo las cosas no salen, que "fuera Billy", que es un equipo sin alma, que no luchan, que no se entregan, que no corren, que contratan vedettes que nomás caminan en la cancha. No, nada de eso voy a decir.

Pero sí voy a decir que ya es demasiado tiempo de la mano de la fatalidad, Cruz Azul se pone cerca, mira a la fortuna a la cara, la mira fijo, le coquetea y luego se voltea para otro lado porque le gusta más el infortunio. En el '81 le ganaron 1-0 a los Pumas el partido de ida, después cayeron 4-1 en C.U. En el '87 las Chivas le pasaron por encima, en el '89 contra el América fue la final más sufrida (hasta ese momento). En el '95 el Necaxa llegó en calidad de víctima. No se olvida el gol de Glaria con los güevos en el '99. En el 2008 Santos se llevó la ida y con eso tuvo. En el mismo año con Toluca y los penales casi nos da un infarto. En el 2009 el primer tiempo en el Tec de Monterrey era sumamente prometedor... Y del 26 de mayo del 2013 mejor ni hablamos. Eso sí que fue una pesadilla cuyo efecto no se va a diluir jamás…

Así vive Cruz Azul, sin mencionar que en el 2001 viajó a Buenos Aires y le ganó a Boca en su casa, claro, luego vinieron los penales y se acabó la historia (pero el público argentino les aplaudió de pie, como si eso fuera consuelo).

Cruz Azul es grande, pero se está gastando su grandeza. No sé si dentro de cuarenta años sea como el Atlante y el Necaxa, que "fueron", que llenaban estadios, que levantaba pasiones, pero que algo le pasó y tuvieron que cambiar de sede, que dejaron botados a los seguidores fieles que aún les quedaban.

Espero que no llegue el día en que mi hija me diga: papá ¿de veras había gente que le iba a Cruz Azul?

Sé que muchos seguidores se han ido, que hay gente que ya se cansó, se hartó, no pudo más. Yo no, yo soy terco, soy necio, soy aferrado y, como dijo Bronco "tengo tantas cicatrices en el alma, que aunque quieras lastimarme no podrás, tengo tantas cicatrices en el alma, que no queda donde dar un golpe más..." Yo, como dijo Sergio Andrade, sé que "siempre vendrán tiempos mejores..."

Firmemente espero que no tarde el día en que a Cruz Azul comiencen a llegarle los triunfos, que la grandeza florezca y las victorias se repitan, lo espero de veras, ojalá suceda pronto y este club tan querido deje de caminar de la mano de la fatalidad.


Los que perdemos, como siempre, somos nosotros, los que aguantamos la burla, los que seguimos apoyando, los que compramos un boleto y nos ponemos una camiseta. A todos nosotros -que somos millones- nos llevan entre las patas con sus estupideces.

Los aficionados deberíamos hacer algo, no tengo idea qué, pero algo. No puede ser. Ya no.

Yo sigo siendo azul y estoy como doña Ofelia Guilmain, "muerto por dentro, pero de pie, como un árbol".

Obituario: Ana Guevara pidiendo el voto para el PRI en Sonora. Lo dicho, nos están llevando al despeñadero…