lunes, 29 de enero de 2018

¿Qué le pasó a Marco?



Mi Frances McDormand –futura ganadora del Oscar a la mejor actriz–, en la cinta “Tres anuncios por un crimen” –futura ganadora del Oscar a mejor película–, dice que “mientras más público sea un crimen, más probabilidades hay de que se resuelva” … Y tiene toda la razón. 

La semana pasada un par de uniformados detuvieron a Marco Antonio, presuntamente se había robado un celular. Lo detuvieron, lo sometieron y luego desapareció… Su caso se viralizó. Hubo memes, notas, quejas, reclamos, marchas y todo lo demás. Cuando la presión subió de tono las autoridades, por supuesto, se pusieron a trabajar y, acto seguido, mi Marco Antonio apareció, ¡bingo! La justicia en este país es rápida, pronta, expedita y para todos…

Claro que eran más de 200 elementos los que andaban tras la pista de Marquito. En estos casos hay que mostrar el músculo y sacar toda la fuerza de haya disponible, no se escatiman recursos. Los perros deben dejar de ladrar ya, dan mucha lata. ¿Y cómo se callan? Con resultados, dándoles lo que tanto reclaman: atención, cuidados y soluciones. Ya, ya apareció. Y una vez terminado el show, váyanse a otra pista, al fin y al cabo, el circo es muy grande.

Y a todo esto, ¿qué le pasó a Marco Antonio Sánchez? Pues sabrá Dios, uno no sabe nunca nada, y como no adivino, seguiré esperando hasta que el muchacho esté en condiciones de declarar. Por lo pronto está en un psiquiátrico, ¿por qué? Tampoco lo sé, pero cuando lo encontraron estaba golpeado, no traía zapatos, no recordaba su nombre y, además, cojeaba.
 
Las autoridades dicen que habrá que esperar hasta dos semanas para que el joven estudiante nos platique qué le pasó. Es mucho tiempo y este país no tiene memoria y cambia de página muy rápido. Sin embargo, no debemos dejar de lado este caso, ni quitarle los ojos de encima. Aquí hay gato encerrado y miles de hipótesis, desde una golpiza por parte de los policías que lo detuvieron hasta la­ terrible adicción a las drogas que sufre el estudiante, pasando por las golpizas que le propinaba su padre. Lo cierto es que tenemos a un estudiante de 17 años que desapareció durante más de cinco días y que de pronto apareció en condiciones sumamente extrañas. Eso, señores, alguien lo tendrá que explicar. ¿Quién sabe? Tal vez nada más anduvo de paseo en un universo paralelo. No sé, se oyen tantas cosas.

Obituario: Y Cuauhtémoc Blanco puede ser gobernador de Morelos… Quizá el que vive en un universo paralelo soy yo.

lunes, 22 de enero de 2018

Futureando al sol



Es 21 de febrero del 2018, comienza la serie de conciertos de Luis Miguel en el Auditorio Nacional. El “sol” está de regreso, su nuevo disco sigueen el primer lugar de ventas, ya casi se estrena su serie biográfica, bajó de peso y está cantando mejor que nunca. Ajá sí. Muy bien. 

Es el primer concierto de la temporada. Y Micky, ya sabemos, no hace demasiado esfuerzo, sabe que es un ídolo, está consciente de cuánto lo quieren y cumple, así, a secas. Canta lo que debe cantar y baila un poquito, sonríe para más de diez mil personas y entonces se viene la locura. En la ropa no se le ve una sola arruga, en la cara ya se le aprecian varias…
El lugar está repleto, a reventar, Luis Miguel está festejando 36 años de carrera. Su éxito es impactante…

Y es impactante porque sigue siendo lo mismo, no cambia, no hay producción, parece un concierto de cualquier gira pasada. Del año que me digan.

Sin embargo, como la gente lo adora, el sol se da lujos que se le permiten a muy pocos: sale a cantar muy retrasado, no cambia el repertorio, se sigue peleando con el ingeniero y con el audífono y casi ni voltea a ver a la gente que se está volviendo loca por verlo de cerca, oírlo cantar y verlo medio bailar… Algunas rolas de sus primeros año, boleros y rancheras, nada del otro mundo (eso sí, su voz es extraordinaria, es un gran cantante). No se ve entusiasmado, más bien está como aburrido, aunque a veces como que se contagia de los gritos y la euforia de la gente que no para de adularlo… Once músicos, una corista y trece mariachis son suficientes para complacer a un público muy poco exigente. 

"Gracias por estar conmigo, es un placer y gracias por acompañarme en estos 36 años de carrera, donde me han brindado su cariño". Ajá, no dice nada más.

Pero a los fans no les importa, le aplauden todo, bailan, cantan, gritan… Luis Miguel es una estrella, tiene muchísimo talento y carisma, pero se encuentra en una zona de confort que la da para tirar la hueva de manera muy descarada. Pero ¿a quién le importa? Mientras le paguen un millón de dólares por presentación y siga llenando el Auditorio más de quince veces lo demás sale sobrando ¿o no?

Obituario: Cuauhtémoc Blanco será gobernador de Morelos. Y todos nos volvimos locos.

martes, 16 de enero de 2018

Meade Infante



En la época de oro de nuestro cine, Pedro Infante siempre se presentó como el bueno, bueno, bueno. Nunca rompía un plato, ni se peleaba con nadie, a menos que fuera estrictamente necesario. Por el otro lado, mi Carlos López Moctezuma era un verdadero hijo de su madre, siempre de malo de Malolandia, siempre enojado y echando pleito. Si no me creen pregúntenle a María Candelaria y a su novio Lorenzo “Rafail” … Y de Miguel Inclán mejor ni hablamos, el famoso marihuano de “Nosotros los pobres”. Nada más buscando con quién pelear, personajes inolvidables, algunos hasta entrañables, los malos por antonomasia, los ojaldras con nata, los malhechores desalmados.

Pues mi Pépe Meade está montado en su personaje de Pedro Infante, él es buena persona, no se mete en líos, ni habla mal de nadie, él es así, todo lindo.

Pero para pelear, para eso tiene a su Carlos López Moctezuma y a su Miguel Inclán, para eso están Aurelio Nuño y Enrique Ochoa Reza. Ellos batean todas y sacan el pecho para repeler las balas enemigas. Ellos están para defender al bueno y atacar a los demás. 

Sin embargo, parece que eso no ha sido suficiente, por eso acaban de traer al prianista Javier Lozano, un nuevo elemento al que le encanta la bronca. Es de esos que compran cualquier pleito, que se sube al ring aunque no traiga guantes. Es su naturaleza, es su hábitat, le gusta, se siente bien y lo hace bien. Ya lo dijo mi Elvis Presley: "si tú buscas problemas, conmigo tendrás”… Es un buen lema de campaña.

Repito, Pedro Infante nunca rompía un plato, ni se peleaba con nadie, a menos que fuera estrictamente necesario. Que alguien le diga a Meade que, dadas las circunstancias, ya va siendo estrictamente necesario que se consiga unos guantes, porque los trancazos vienen duros…

Obituario: Sergio Mayer quiere ser diputado porque solamente quiere ayudar a su país. ¡Já!