lunes, 19 de marzo de 2018

Desayunando con Margarita, la candidata


Margarita lo logró, Armando Ríos Piter se quedó muy lejos, el otro señor, que se hace llamar “el Bronco” (con lo que le costó a mi Lupe Esparza recuperar su nombre) quedó cerquita, pero no lo suficiente, a mi Mary Chuy, después del accidente, ya no le dio tiempo y Pedro Ferriz sigue pataleando para ver si sus golpecitos le pueden hacer daño a alguien, al que sea, no importa.

Pero allá ellos y sus broncas. El caso es que Maggie ya está en la boleta, “haiga sido como haiga sido”, tiene su cuatro por ciento de la intención de voto y seguro va a ganarse la simpatía de uno que otro indeciso. Ella está feliz, renunció al financiamiento público para su campaña y su marido ya está promoviendo desayunos con la candidata. El ex presidente publicó en twitter: “Desayuno con @Mzavalagc en Club de Industriales Guadalajara. Cooperación $1,000 más lo que quiera donarse. Importante llevar cheque o tarjeta bancaria”. ¡Eso! Al más puro estilo de Frank Underwood, antes de caer en desgracia, claro. Ahí está la invitación, sí, es desayuno, pero no va a haber pan. ¡Já! ¡Chistazo!

Margarita apoyó a Don Felipe todo el tiempo, fue una primera dama digna, formal, reservada, un tanto gris, sí, pero siempre prudente y en su sitio. Ahora es turno de Feli, ahora es su obligación convertirse en un Bill Clinton alternativo y apoyar con todo su amor a su simpatiquísima esposa en este sueño de la presidencia.

A Margarita Zavala Gómez del Campo de Calderón se le nota a leguas que le revienta que le incluyan en su nombre el apellido de su marido, sin embargo es una loza con la que tendrá que cargar toda su vida. Pero ni modo, a hacer de tripas corazón, sobre todo ahora que su lastre, perdón, su marido, está tan solícito arrimándole el hombro a su señora esposa.

Yo sí voy a ir al desayuno, mil pesos, sin pan, no me parece caro. Eso sí, con la fruta, el jugo y mi omelete, me desquito. 

Obituario: Estoy picado con la telenovela “Por amar sin ley”, ¡grandes actuaciones y la mejor comedia involuntaria que yo haya visto! Una verdadera joya.

lunes, 12 de marzo de 2018

El que tenga tigre, que lo amarre



La amenaza está ahí, latente, si en las elecciones presidenciales hay fraude, es decir, si no gana López Obrador, el tigre va a andar suelto. "Si se atreven a hacer un fraude electoral, yo me voy a Palenque, y a ver quién va a amarrar al tigre, el que suelte el tigre que lo amarre, yo ya no voy a estar deteniendo a la gente luego de un fraude electoral, así de claro." ¡Ay Dios!

Porque, según él, en el 2006 ese mismo “tigre” estuvo a punto de liberarse, pero el mesías, santo y puro, como es, hizo favor de contenerlo y las cosas no fueron más allá. Nada más mes y medio con un precioso bloqueo en la avenida más importante del país y en el zócalo capitalino, mismo que perjudicó a muchísimos empresarios, comerciantes, empleados y restauranteros de la zona, con pérdidas económicas de más de 7 mil millones de pesos, el despido de más de 3 mil trabajadores y la desaparición de negocios y ruina de muchos patrones. Ese fue un vulgar gatito que, supongo, nada tendría que ver con el majestuoso tigre de bengala que Andrés Manuel tiene encerrado en una bonita jaula.

Así son las cosas, este santo señor un día manda bendiciones, dice que no se va a enojar y envía amor y paz. Al otro día se convierte en un irresponsable que amenaza con desestabilizar –más- al país si no se cumple su voluntad. Porque habrá que recordar que el que no esté con él, está contra él. Habrá que recordar que no sabe perder, que, desde aquellas contiendas tabasqueñas, nunca ha aceptado ninguna de sus derrotas.

¿Y entonces? ¿Debemos permitir que se siente en la silla presidencial, con todas sus ideas, con sus doctrinas, con sus programas de gobierno y su constitución moral? Y si no gana ¿debemos correr a resguardarnos del feroz tigre? Ninguna opción es halagüeña, no hay para dónde hacerse.

Por eso, la declaración es alarmante y podría traer horribles consecuencias. Yo, por lo pronto, sí estoy preocupado.

Obituario: Me queda claro, Donald Trump, “está loco”.

lunes, 5 de marzo de 2018

Nuestro peor enemigo



“Mas si osare un extraño enemigo profanar con sus plantas tu suelo, piensa, ¡Oh Patria querida! que el cielo un soldado en cada hijo te dio.” No, los mexicanos no necesitamos enemigos extraños para volvernos soldaditos y desatar una guerra fenomenal. No, los mexicanos, solitos, nos bastamos y nos sobramos para esos menesteres. “El peor enemigo de un mexicano es otro mexicano”, no hay frase más cierta que esa.

Y para pruebas vamos a remitirnos a la noche del domingo pasado. Se entregaban los premios de la academia de ciencias y artes cinematográficas, los “Oscares”, pues. Mucho mexicano en la gala. Muchas referencias a nuestro país, a nuestra cultura, a nuestra patria, a nuestro hogar… Y entonces empezamos: “¿Qué hace Derbéz ahí? Es un imbécil”, “Gael canta horrible, ¿cómo se atreve?” “¿Natalia Lafourcade? ¿Te cae?” “Salma parece candelabro”, “¡chidos sus premios Tv y novelas”, “Eiza está toda operada, pobrecita”, “que alguien le diga a Del Toro que se acuerde cuando dirigió ‘la hora marcada’ en Televisa, porque seguro ya se le olvidó”, “por supuesto que no he visto ‘Coco’, esos gringos nada más le dan en la madre a nuestras tradiciones” … Y así, por el estilo, algunas frases están tomadas de las redes sociales y otras fueron escuchadas por los castos oídos de quien esto escribe. Pura negatividad. No me diga usted, querido lector, que la noche del domingo y todo este lunes, no escuchó, ni leyó ninguna frase de este tipo.

No podemos, como sociedad, alegrarnos del triunfo ajeno, no está en nuestro ADN, es imposible. Sería precioso que nos apoyáramos entre nosotros, aunque sea un poquito. Pero Dios no cumple caprichos, ni endereza jorobados… ¡Viva México!

Eso sí, que allá afuera nadie hable mal de nosotros, porque nos le lanzamos al cuello. Cualquier insulto externo se convierte en una ofensa imperdonable, la crítica nacional es un derecho exclusivo. Los extranjeros, sean de donde sean y estén donde estén, que se limiten a hablar bonito de nosotros. Porque entre mexicanos podemos despedazarnos, pero nunca nos haremos daño… ¡Ay ajá!

Obituario: Y hablando de películas, nada más me falta ver en qué termina una que se llama “Ricardo Anaya contra la coalición PRI-PGR”.