martes, 28 de marzo de 2017

Ale, la olvidadiza



Todos los días, tanto a usted como a mí,  se nos olvidan cosas: Los lentes, el tupper con la comida, las llaves de la casa, no sé, cualquier cosa es susceptible a un olvido. Por eso no entiendo por qué atacan tanto a mi querida –y guapísima- Alejandra Barrales. A ella nada más se le pasó declarar un departamentito en Miami, de esos que cuestan un millón de dólares. Un departamento en Florida, que  forma parte de la prestigiosa área de Sunny Isles, en la zona norte de Miami Beach, un punto caliente del lujo inmobiliario que cuenta con seis torres con la marca Trump. Es un departamento en el que una cortina eléctrica deja a la vista un paisaje maravilloso. Al activarse, la persiana revela a la derecha un pequeño natural protegido y a la izquierda el océano Atlántico. Ah, y además tiene embarcadero propio.

Se le olvidó, ¿y qué? A cualquiera le pasa. De verdad, no es para tanto. Mi Alejandra es una luchadora, es alguien del pueblo, que viene de abajo, ¿a poco no se lo merece? Bola de envidiosos. Ella lucha por los desprotegidos, por aquellos que viven al día, por los que se levantan a romperse la madre a diario, y se suben al metro y trabajan todo el día. Ella se ocupa de esos que ni comen, de los que no tienen trabajo y tampoco tienen casa. De los que venden dulces en la calle o limpian parabrisas. También, por supuesto, de los niños sin hogar y de los viejos sin familia. Mi Ale se preocupa de todos ellos, porque, como debe ser, primero los pobres.

Así que ni le hagan caras porque, con todo ese trabajo y con tantas preocupaciones, bien puede tener un depa en Miami, bien que se lo ha ganado. Se lo merece.

¿Y si se le olvidó qué? Como si  a ustedes nunca se les hubieran olvidado apagarle a los frijoles o la comprar la cartulina para la tarea de los niños. Runfla de resentidos. Pero en fin, cuando hagan todo lo que Alejandrita hace por este país y tengan su departamento en la Florida hablamos ¿va?

Obituario: Hoy, por los pobres, me ahorré el obituario. Eso, señores, se llama austeridad.


lunes, 13 de marzo de 2017

Ni a cuál irle




Ahí vienen las elecciones presidenciales. No crea usted que falta tanto. Para diciembre de este año todos los partidos deben tener a su candidato. Algunos ya están muy cantados, otros vienen haciendo campaña desde hace 17 años, otros le suspiran y hay quien nada más la va a ver pasar. Vamos viendo…

Por el PRI: ¿Quién se les ocurre? Teniendo en cuenta que, pongan a quien pongan, van a perder aquello que tanto trabajo –y tarjetas de Soriana- les costó ganar. Miguel Ángel Osorio Chong, en mangas de camisa, haciendo la talacha por todo el país, se perfila como el sucesor de Francisco Labastida. No veo a nadie más. ¿Videgaray? Pues solo que postulen a Eduardo, que es muchísimo más simpático que su hermanito mayor.

Por el PAN: Aquí es tan malo el giro como la colorada. A Ricardo Anaya, con su mood de niño bueno no lo toman en cuenta ni sus hijos. Se la ha pasado aventando pedradas a todo y a todos. Lo malo es que nadie se las devuelve. Nadie lo pela. Pobre, quisiera darle un abrazo. Por el otro lado, Margarita Zavala -con ese nombre de coctel su marido debe ser feliz- es más gris que un pedazo de metal y más parca que un fideo seco. Además de que trae encima la sombra de mi Felipe, aquel adalid que tanto bien nos hizo… ¿Debo decir más?

Por el PRD: Si no es Miguel Ángel Mancera será Alejandra Barrales… El chiste se cuenta solo.

Y hablando de chistes, allá en Monterrey hay un señor que también quiere, le gusta que le llamen “el Bronco”. Y sí, como chiste es bastante gracioso.

Por Morena: Ahí hay muchos y muy variados personajes que querrían ser la punta de lanza para cambiar el rumbo de este país. Hombres y mujeres valiosos, que darían su vida por la causa. Políticos de carrera, estadistas que se comprometen con un principio y no descansan hasta logarlo… ¡No es cierto! Ahí está Andrés Manuel y su bola de perros de rancho, esos que gritan y hacen escándalo cuando oyen el primer ladrido. En Morena está este santo señor que no acepta un "no" por respuesta, aquel que no permite un desacuerdo. Aquél que manda al diablo a las instituciones y no acepta sus derrotas. Ese, el que si no estamos con él, estamos en su contra y somos sus enemigos. Ese aferrado, terco, necio y empecinado. Ese que sigue haciendo campaña. Ese, que no sabemos de qué vive. Esa especie de Donald Trump alternativo y tropical. Morena es él, el partido es él. Es el amo, dueño y señor. Él es el único seguro en la boleta del 2018. No sé los demás, pero Andrés Manuel López Obrador ya está en la papeleta. Y, la de malas, ya les lleva mucha ventaja a los que se vayan a apuntar.

¿Por quién votar? No sé ustedes, pero, por mi parte, ese es tema para otra columna.

Obituario: Yunes ya anda cazando brujas. Si usted anda en escoba ¡póngase abusado!

lunes, 6 de marzo de 2017

Joan Sebastian, la gente rumora




En el 2009 el escándalo se desató. Joan Sebastian se iba a casar con una niña guatemalteca de 18 años. Ya vivían juntos, incluso la hermana de la novia también vivía con ellos en una mansión de Cuernavaca, propiedad del “Rey del jaripeo”. 

El papá de las chicas, Edwin Lanuza, denunció que el cantante trataba a sus hijas como prostitutas. "Joan Sebastian las pasa a traer a la casa a la hora que sea para hacer sexo, entonces mis hijas no están trabajando con él, las tiene como en un clan de prostitutas y eso es lo que yo no quiero. Joan Sebastian se aprovechó de la situación para hacerlas unas prostitutas", reveló el padre, quien dijo que el autor de "Tatuajes" les había ofrecido trabajo para que se viniera de Guatemala, pero no fue así. Ninguna autoridad intervino y Joan Sebastian siguió su vida normal. 

Tiempo después el cantante corrió a las chicas de su casa y las regresó a Guatemala. El papá puso el grito en el cielo: “Ya mis hijas están en Guatemala,  aquí termina la pesadilla. Joan Sebastian ya las botó, ya las echó. Les quitó la virginidad a mis hijas, les hizo daño, las usó sexualmente y ahora las botó”. El suegro del cantante dijo que espera que la vida le haga justicia por el mal que, supuestamente, le hizo a las muchachas y el dolor que le ha causado a él. “Dios le va a dar su recompensa por todo el daño que les hizo a mis hijas y nos hizo a todos”, comentó. “¿Sabe cuál es mi tristeza? Que mis hijas aquí en Guatemala, tanto en México y en todas partes del mundo, quedaron desprestigiadas y las va a tomar como unas cualquieras”. 

Joan Sebastian decía que el narco "es moneda con valor de un solo lado". Fue acusado de nexos con la delincuencia en varias ocasiones. En 2004, un supuesto testigo lo señaló de tener vínculos con Vicente Carrillo Leyva, hijo de El Señor de los Cielos. Además, dos de sus hijos fueron asesinados a balazos. El primero, Trigo de Jesús Figueroa, fue muerto en 2006 en Texas. El segundo, Sebastián Figueroa, en 2010, en Cuernavaca. Días después de este crimen, en la ciudad de la eterna primavera aparecieron mantas en las que el Cártel del Pacífico se atribuyó el homicidio. En 2012, su auto fue baleado nuevamente en Cuernavaca. El cantante nunca fue investigado.

Ahora, dos mujeres víctimas de trata de personas y explotación sexual señalaron al fallecido cantante mexicano como una de las personas que vieron en los lugares donde eran explotadas, según destaca Héctor de Mauleón en su columna publicada el jueves pasado en el diario El Universal. En la columna, el periodista, hace un recuento de “Amanda” y “Julieta”, menores de edad que cayeron en las garras de los tratantes y que manifestaron que a las fiestas del cantante mexicano acudían narcos.

De Mauelón resalta que “Amanda”, declaró que en una ocasión entró a una habitación donde estaban las menores explotadas y entre los presentes “estaba ahí el artista Joan Sebastián”. “Joan Sebastian les decía a las ‘chicas’ que ellas eran sus princesas y él las cuidaría como su papá”, según quedó plasmado en el expediente en el que Amanda, también aseguró que les regalaba zapatillas y les daba accesorios en oro.

Por lo pronto Maribel Guardia dice que mete las manos al fuego por el padre de su hijo. Y está bien, pero cuando el río suena…

Obituario: Josefina no entiende. Ahora piensa perder el Estado de México.