jueves, 27 de noviembre de 2014

Se fue



“La casa que Cuauhtémoc construyó”, así se debería llamar el PRD. Después de dar casi la vida por sus ideales y fundar una fuerza política que de verdad fuera oposición al sistema, que fuera competitiva, participativa, combativa y con la pujanza necesaria para convencer a millones de mexicanos de que la izquierda tiene (o tenía) futuro. El ingeniero Cárdenas vació su escritorio, cargó su cajita de cartón, salió del edificio y se sacudió las sandalias. Sí, quizá una lágrima rodó por su mejilla.

Lágrima que se le escapó por la inmensa tristeza de ver cómo, poco a poquito, su sueño se hacía pedazos. Su partido (porque él lo edificó) se dividió en miles de cachitos. Un cacique se apoderó de él durante muchos años y, cuando vio que ya no podía sacarle más jugo, lo hizo rollito y lo dejó a un lado (mal pensados). Además, las llamadas “tribus” salieron a cazar y se disputaron cada presa, mientras de desmenuzaron entre ellos. Todos sobre el botín y todos contra todos. Aquel sol, tan radiante y tan amarillo, se fue ensombreciendo con corrupción, putrefacción y  podredumbre. Ya no era aquella propuesta fresca de hace 25 año. Ya no era ese partido ingenuo y transparente al que le arrebataron la presidencia en 1988. Así, terminaron con un partido político que un día logró más de 15 millones de votos en varias elecciones federales. Así, se consumió una opción distinta (por lo menos eso) para la ciudadanía. Sencillamente se desmoronó. Se arruinó. Se echó a perder.

Hoy, mi Cuauh ya no comparte las ideas, ni los principios, ni las metas, ni los caminos, ni los sueños del partido de la revolución democrática. “Hay profundas diferencias”, dice. Hoy, para él, éste ni es partido, ni es revolucionario, ni es demócrata. Todo lo contrario. 

Por lo tanto, y para ser congruente, decide hacerse a un lado y dejar que cada quien se rasque con sus uñas. No, no se emocionen, no va a ningún lado, no va a incorporarse a güeros ni a morenos. Va a seguir luchando por defender lo que piensa desde su trinchera. Es demasiado liderazgo para tan poca madre.

¡Bravo por el ingeniero! Yo  le aplaudo su actitud. Alguien que tiene coherencia entre lo que dice y lo que hace merece muchísima admiración. Gracias por todo lo que le ha dado a este país. Gracias por la lucha y por el ejemplo. Ojalá hubiera, aunque sea, otros dos como usted.

Obituario: La policía del Distrito Federal está a la orden de Pumas y de América. A la hora que digan están donde se les antoje… ¡Ay, Miguel! Y luego preguntan por qué se va el ingeniero.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Una verdadera burla


Mi Angie es muy guapa, ¿a poco no?

¿Alguna vez le han mentado la madre? Supongo que sí, a todos nos ha pasado, pero ¿alguna vez le han mentado la madre por televisión en cadena nacional? Eso fue lo que hizo el martes pasado la primera dama de este país. Primero nos regañó, estaba sumamente encabronada. Después, nos echó en cara su riqueza, sus exorbitantes ganancias producto de años de trabajo en su casa Televisa y sus múltiples propiedades. En prime time, en un país de 40 millones de pobres. Eso, discúlpenme ustedes, es una mentada de madre. Un exceso. Una burla.

¿Que tenía que salir a defenderse? Sí. ¿Que no eran las formas? También.

Porque de que tiene el dinero, lo tiene. Trabaja desde que era muy pequeña y seguro ha ganado lo que dice que ha ganado. Es cierto, no tiene nada que esconder. Vamos viendo:

Angélica Rivera debutó en el mundo artístico en 1987, en el video del sencillo “Ahora te puedes marchar”, de Luis Miguel. Desde entonces ya cobraba y cobraba mucho. La exclusividad tiene sus privilegios. Luego condujo, junto a la destacada comunicadora Martha Aguayo, el novedoso, exitoso, famoso (y todo lo que termine en “oso”, como “fabuloso”) programa de videos titulado “TNT”. También fue parte del elenco de la multipremiada telenovela “Dulce desafío”. A partir de ahí vino más fama, más fortuna y más dinero a caudales. Llegó “Alcanzar una estrella 2”, melodrama ideado, producido y dirigido por el talentoso Luis de Llano. ¡Perdóname si te nombro mi muñeco de papel! Claro que ya para entonces fue portada de reconocidas revistas como “Eres”, “Tele guía” y “Notitas musicales”, entre muchas otras. Nuestra primera dama incursionó en el cine, “Aquí espantan”, fue la obra maestra que la posicionó como la actriz mejor pagada en nuestro México. Después, Miami, Los Ángeles, Hollywood, la raza y varios más…

Vino entonces un puñado de telenovelas muy exitosas y, por supuesto, mejor pagadas. “La gaviota” y su bien entonada voz conquistó a los millones de corazones que la seguían todas las noches en sus aventuras amorosas y tequileras (hasta ganó el reconocidísimo premio “Furia Musical”).

Ajá, esos mismos millones de corazones de los que ahora se ríe champándoles que ha ganado una fortuna  para comprar casas, departamentos, terrenos y mil cosas más. Y todo con su exclusividad en Televisa, a otro hueso con ese perro. Los memes no mienten. Ya quisiera mi Merryl Streep tener lana para comprar, aunque sea, la mitad de la casa blanca.

Obituario: “Quieren desestabilizar al país”, dijo Andrés Manuel López Obrador… Y después lo repitió Peña Nieto.

martes, 18 de noviembre de 2014

¿Es amenaza?



“Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados, pero todo tiene un límite…” ¿se acuerdan? Son palabras inmortales de ese distinguido mexicano de nombre Gustavo y de apellido Díaz Ordaz. Las pronunció en su informe de gobierno de 1968. Lo que vino después lo sabemos todos.

“Yo aspiro y espero que no sea el caso de lo que el gobierno deba hacer, que no lleguemos a este extremo de tener que usar la fuerza pública”, dijo el presidente Peña Nieto al regresar de su gira por Asia y enterarse de que la casa está patas pa´rriba.

Sin embargo también lanzó un llamado al orden y al diálogo. No es una amenaza. El gobierno está facultado para usar la fuerza para hacer respetar la ley. Los ciudadanos no podemos hacer lo que se nos antoje. Tampoco podemos ponernos con Sansón a las patadas. No debemos pasarnos de la raya. Hay qué portarse bien, porque papá gobierno nos puede, por decir lo menos, poner en la madre.

Por eso, el señor Peña pide amablemente que le bajen a sus protestas, si queremos protestar, de forma violenta (que quede claro), por el mal gobierno, por la falta de capacidad de la administración federal o por las constantes violaciones a nuestros derechos más fundamentales, debemos acudir a las mesas de diálogo que están a nuestra disposición en cada esquina del país (?). O la ventanilla correspondiente, o a consultar a nuestro médico, o ir a contárselo a quien más confianza le tengamos. Lo que sea, menos protestar, eso no es de un pueblo educado y generoso. 

“No hagan de este momento de duelo y de dolor por el que pasan los padres de familia una bandera de otras causas, una bandera que concite a la violencia y al desorden.

“No lo digo por aquellos que lo han hecho en paz y expresando un verdadero sentimiento de dolor, pero no podemos aceptar a aquellos que han recurrido al uso de la violencia, al ataque a las instituciones, a lo que ha construido la sociedad mexicana”. Bueno, ajá, está bien. 

Yo sólo quisiera recordar cómo defendió, en el 2011, el entonces candidato del PRI a la presidencia de la república los lamentables hechos ocurridos en conocido pueblo mexiquense:

"Asumo plena responsabilidad por lo sucedido en Atenco. Los responsables fueron consignados ante el Poder Judicial, pero reitero, fue una acción determinada para restablecer el orden y la paz en el legítimo derecho que tiene el Estado mexicano de usar la fuerza pública".

Y ya que estamos en las remembranzas, les dejo una más de don Gustavo, en su informe de 1969:

“Asumo íntegramente la responsabilidad personal, ética, jurídica, política e histórica por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del año pasado”.

Pero no se preocupen, cualquier parecido es mera coincidencia. Ahí se las dejo botando. Ustedes juzguen. ¿Ante qué estamos? Dios nos agarre confesados.

Obituario: Parece que mi tocayo Navarrete entró al baño. Acaba de sentarse y ya lo quieren parar.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Conspiraciones



Regresó Carlitos Vela (mi tocayazo querido), metió dos goles y sentenció el partido de ayer en Holanda. No, no fue revancha ni nada por estilo. Aunque Javier Alarcón, Andrea Legarreta y compañía se pongan la “verde” y traten de calentar un simple partido amistoso… 3−2 ganó “el Tri”. 

“Ese partido está arreglado para que la selección gane, es una cortina de humo por lo de los normalistas”. Leí por ahí. ¿De veras? ¿Cómo podríamos arreglar que eso pase? Yo, simplemente, no lo sé. Quizá habría qué hablar con la federación holandesa, con el técnico de aquél equipo, con el árbitro, con Robben o con todos los anteriores.

No señores, no es para tanto. Sí necesitamos evadirnos un poco de la realidad, sí necesitamos válvulas de escape para poder soportar todo lo que nuestro México trae encima. Pero las cosas deben estar en su justa medida. Un partido amistoso contra Holanda, en Ámsterdam, no da, ni de lejos, para olvidar todos los problemas que nos aquejan, todo el sufrimiento que existe en este país y toda la corrupción y mierda que se desborda por todos lados.

El mundo gira como debe y nada se detiene. Lamentablemente (o afortunadamente) la vida debe seguir a pesar de todo. Pero siempre existe un pretexto para imaginar las teorías del complot más, por decir lo menos, creativas.

“¡Claro, Vela dijo que sí porque le dieron una lana para que fuera y así poder crear una cortina de humo!”
 
“¡Qué casualidad que sacan este partido justamente ahorita que estamos en una crisis sin precedentes!”

“¡Durante el juego, mientras están embobados, van a meternos otra reforma!”
“Aprovechan el partido para darnos la idea de que todo está bien, de que no tenemos ningún problema aquí”.

La vida sigue y cada mexicano debe luchar desde su trinchera por un país mejor. Dejemos de pensar estupideces y teorías de la conspiración. Todos estamos tristes,  enojados y muy perturbados, sin embargo, estamos en diferentes frentes y desde ahí debemos desarrollar un papel importante para salir adelante y dejar atrás este áspero trance que nos oprime como nación.

Obituario: ¡Felicidades Sofía Castro, disfruta mucho tu premio, te lo mereces!

martes, 11 de noviembre de 2014

Un cuento chino



1200 grados es la temperatura que usan las funerarias para calcinar a un difunto. Es un procedimiento que tarda entre tres y cuatro horas. Al final, los restos óseos son golpeados para hacerlos más pequeños y poder depositarlos en la urna. Claro, todo se realiza en un cuarto especialmente diseñado para el caso.

Ahora, producto de la confesión de tres supuestos “autores materiales”, el gobierno, la PGR y demás dependencias encargadas de las investigaciones del caso Ayotzinapa, nos informan que los 43 estudiantes fueron quemados con diesel, madera, llantas, leña, plástico y otros materiales… Después metieron los restos en bolsas y las aventaron al río San Juan. Ya, todos están muertos, por favor, récenle a sus muertos y dejen de dar lata. La autoridad ya cumplió. A otra cosa. Eso sí, "La investigación queda abierta hasta agotar todas las posibilidades que permitan identificar los restos humanos encontrados”.

Así es, 43 personas quemadas en medio de un pueblo y nadie vio nada, nadie supo nada, nadie olió nada y nadie percibió nada. ¡Qué chistoso! Reducidos a cenizas listas para depositar en bolsas desechables en solamente catorce horas. Calcinadas en una hoguera construida con base en el manual de “hágalo usted mismo”.  Así, rapidito, los formaron, les echaron los materiales antes mencionados, les prendieron fuego con ocote y lo avivaron con un soplador. Una vez terminada la sesión recogieron las cenizas y ya. Simple.

Preguntas hay muchas y no vamos a terminar nunca, sin embargo la más importante es ¿de veras la autoridad cree que les creemos? Nos chupamos el dedo por cochinos, no por idiotas. Un trío de detenidos dan su versión y ya, caso resuelto. Se queda así porque tres vulgares raterillos dicen que ellos fueron. La versión de la hoguera casera debe oficializarse. 

El país –y sobre todo los padres de familia− necesita certezas, no pueden venirnos a platicar cuentos chinos con forenses argentinos. Pareciera que el gobierno se ríe de nosotros. México se hunde, se deprime, llora, sangra.

Ya me cansé. Digo, llevo más de media hora escribiendo esta columna…

Obituario: El fin de semana fui al hospital de Xoco a visitar al jefe de gobierno, pero me dijeron que no estaba ahí, ¡qué raro!