martes, 13 de diciembre de 2016

15 minutos



Alguna vez Andy Warhol dijo que en el futuro todos tendríamos derecho a 15 minutos de fama. El polémico artista no podía tener más razón, sin embargo le faltó decir que para lograr tal objetivo es necesario renunciar a la dignidad, al pudor, a la privacidad, al decoro, al orgullo y a cualquier tipo de vergüenza, además de estar totalmente dispuesto a hacer el más insultante de los ridículos y no tener ningún empacho en repartir por el mundo costales enteros de pena ajena. 

Hoy en día, gracias a las benditas redes sociales, cualquiera se vuelve famoso en un clic. Hoy cualquier persona que carezca del mínimo talento, pero que esté dispuesto a hacer cualquier estupidez disfruta de una fama mediática tan gloriosa como breve. Después de eso no queda nada, ni sol, ni madrugada, ni lluvia, ni tormenta, ni amigos, ni esperanza. Después de eso ni sus familiares les hacen caso. Y esa cruda debe ser espantosa.

Es el caso de Rubí, cuya fiesta será un suceso. La distinguida quinceañera es el tema de conversación en todos lados. “¿Vas a ir a la fiesta de Rubí?” La niña ya fue a muchos programas de radio y a más de televisión. Anda de aquí para allá en limusina y ya no tiene tiempo para nada, ni para nadie. Muchos famosos ya se agarraron de la “fama” de esta niña para salir en la foto que van a tomar el día 26 de los corrientes, allá, en La Joya, San Luis Potosí. Rubí les importa poco, lo importante es su nombre en la marquesina. Publicidad gratis. De eso no hay todos los días. ¿Y el 27? El 27 ni quién se acuerde de Rubí. Hoy todos somos amigos de Rubí, mañana, mañana será otro día.

El otro caso es el de Eduardo Arias, mejor conocido como “Lady Wuuu”, seguidor de Menudo que grita como gritan otros miles de fans del mencionado grupo. Sin embargo él estuvo en el momento justo en el lugar adecuado. Y se hizo famoso. Radio, televisión, redes, prensa escrita, eventos altruistas, bueno, hasta va a ser padrino de Rubí –seguro fue su idea-. Hoy Lalo está en la palestra, mañana regresará a vender tacos afuera del estadio Azteca y quizá alguien lo reconocerá y le pedirá que haga su aclamado grito. La resaca se viene fuerte.

Por eso dicen que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Pero Rubí y “Lady Wuuu” ¿con qué se pueden mantener? No nos preocupemos, el circo constantemente cambia de pista. Ya vendrá otro payaso.

Obituario: Dice Oribe que el América le puede ganar al Real Madrid. Yo lo quiero ver.

martes, 6 de diciembre de 2016

La congruencia del payaso



En abril de este año, el entonces portero de Santos Laguna, Agustín Marchesín, declaró enfáticamente: “a mí me gusta ganar los partidos con el corazón, con este club (Santos) me siento muy identificado por cómo se ganan los partidos porque se lucha, se vive con mucha intensidad día a día y el América no lo siento así; así que no sería jugador del América”. Hace unos días se concretó su pase al nido de Coapa y entonces declaró que: "Ahora que es oficial que paso al América asumo que me llena de orgullo formar parte del club más grande de México. Es muy halagador que se hayan interesado en mí y ahora que se dio tengo la enorme responsabilidad de estar a la altura de las circunstancias". Este chiste me gusta, porque se cuenta solo.

Pero ese es nada más un ejemplo, porque hay otro gracejo que me gusta aún más. Allá por el año 2000 se anunció con bombo, platillo y serpentinas una fusión  entre grupo ACIR y Radiópolis (Televisa radio), entonces Víctor Trujillo, enfundado en su disfraz de payaso, levantó la mano, pegó en la mesa y dijo que se retiraría si Televisa invertía en ACIR.  No quería nada con la malvada empresa de San Ángel, amiga del sistema, empresa despreciable y enemiga de la sociedad. Don Víctor aclaró entonces que había estado muy contento de trabajar todos estos años con la familia Ibarra, dueña de ACIR, pero que si la fusión se concretaba no continuaría. Sin embargo, sus jefes se le adelantaron y antes de que cualquier cosa pasara le dieron las gracias. Al final la tan llevada y traída fusión no se concretó, pero Brozo agarró sus chivas y se marchó. La dignidad es primero. Tiempo después, en el 2002, a punta de billetes, se fue a Televisa a hacer su “mañanero”. Sí señor, todos tenemos un precio.

Dos años después, el 2 junio del 2004 Trujillo decidió terminar dicho programa, con motivo de la muerte de su esposa Carolina Padilla, como un homenaje a la que también fuera la creadora de sus personajes y productora de dicho noticiero. Entre lágrimas argumentó que el personaje le pertenecía a ella, que se quitaría el maquillaje y la peluca y que jamás se volvería a vestir de Brozo. Dos años después regresó a la televisión con “El circo de Brozo”. Eso, chamacos babosos, se llama con-gruen-cia. Y tanta coherencia se merece un gran aplauso.

Ahora se va de Televisa, en su cuenta de twitter escribió: "Chamacos. Confírmoles q después de 15 años, mi relación con Televisa terminará el 30/12/16. Fuimos felices. #SiTienenTeleAhíMeBuscan Órale!” (sic).

“Fuimos felices”, no pues sí, con dinero baila el payaso.

Obituario: Dice Mancera que no piensa en el 2018… ¿Dónde he oído eso?