lunes, 31 de julio de 2017

La mafia, la maldita mafia



Dice Andrés Manuel López Obrador que el asunto del “Ojos”, Tláhuac y Rigoberto Salgado: “es parte de la guerra sucia, quieren reeditar lo de la señora Eva (Cadena), están muy nerviosos los de la mafia del poder, tiene como propósito manchar a Morena”… El discurso, ya lo sabemos, es el mismo, repetido, cansado, sobado, reiterado, ya nos lo sabemos de memoria. Cuando alguien le pregunta a don Andrés por alguna irregularidad cometida por algún cercano suyo o por alguien que milita en su partido (sí, es SU partido, suyo, de él) siempre sale con la misma cantaleta: “la mafia del poder”. ¡Qué flojera!

Eso sí, siguen saliendo a la luz las relaciones de personajes de "Morena", como ya dije, propiedad del autodenominado "salvador de México", con personajes que conviven muy de cerca con el crimen organizado. No lo culpen, él nunca sabe nada, no conoce a nadie, se toma fotos con todo mundo, pero claro, eso es por su condición de rock star. La foto que ilustra esta columna es más que elocuente, claro, AMLO negará conocerlo, como hizo con Abarca y el caso Ayotzinapa. 

Y yo pregunto: ¿de verdad lo quieren como presidente? Un sujeto que con sus antecedentes de incitación a la quema de pozos petroleros, plantones, marchas, moches, descuentos, recaudadoras y que además manda al diablo a todo aquél que no esté de acuerdo con él (llámese familia, colega, periodista o institución), ¿es lo que le conviene a México? Un tipo que tiene la verdad absoluta y que puede condenar o perdonar a quien mejor le plazca. Un señor que nunca sabe nada, que nunca se entera de las porquerías que hacen sus cercanos, ni de los cochineros que hay a su alrededor. Un mesías (tropical, pero mesías) moderno, aquel que traerá paz al reino y equilibrio a la galaxia. Un mesías, al que, sus fieles, todo le creen, todo le compran, nada le juzgan, nada le reprochan. Él es el redentor, así, sin defectos, él vendrá a salvar a este México que se nos cae a pedazos. Él es el pastor, nada nos faltará. ¡Qué miedo!

Obituario: Scaramucci duró diez días en la Casa Blanca, hasta ahorita se dio cuenta de que Trump es un verdadero chango con cuchillo.

lunes, 17 de julio de 2017

Conspiración y circo



Siempre he visto la vida de este país como un gran circo. No somos más que espectadores que viven al pendiente –o no- de todo aquello que sucede día con día. Así, el acontecer nacional e internacional nos sorprende a cada momento. Cada segundo se producen hechos que transforman nuestro entorno. Y nuestra tarea es capturar cada suceso.

Entre socavones, lluvias, partidos de fútbol, gobernadores corruptos, extradiciones, partidos políticos, muertes repentinas, tragedias naturales, elecciones, candidaturas, asesinatos, levantones, series de televisión, conciertos y espectáculos se nos va la vida misma.

Y no es que el maldito gobierno nos quiera engañar creando cortinas de humo para tapar sus cochinadas y sus cochineros, no. El andar cotidiano se va imponiendo al suceso anterior. El socavón ya quedo atrás, ahora habrá que ver en dónde van a encerrar a Duarte -si es que lo encierran-, luego, el circo cambiará de pista y el exgobernador será historia. Así ha sido siempre. Así seguirá siendo.

El circo es así, todos los martes a un lugar distinto, el miércoles se monta la carpa, el perifoneo, los boletos, las cortesías y la publicidad. Se estrena a partir del jueves. Dos funciones viernes, sábado y domingo, el lunes se descansa y el martes otra vez a desarmar y de volada a otro pueblo. A cambiar de pista. 

Sin embargo, las teorías de la conspiración son muy eficaces porque parecieran ser perfectas. No podemos demostrar que trajeron a Duarte para olvidarnos del socavón. El embrujo de estos cuentos está profundamente relacionado con su certidumbre. Son ideas tontas, muy tontas, pero imposibles de probar—y de desmentir —.

Obituario: Más de 10 millones de personas vieron el estreno de “Game of thrones”… Para que aprendas, Juan Osorio.