miércoles, 7 de noviembre de 2012

Las barbas del vecino




Pues sí, ganó Obama y el buen Mitt salió inmediatamente a felicitarlo, habló con el presidente para desearle que sea exitoso al guiar al país, expreso que  “hubiera deseado cumplir con las esperanzas, pero la nación escogió otro líder”, ¡Qué bonito! Son cosas que se logran, dicen, con 200 años de democracia…

Ajá, “democracia”, sea como sea en ese sentido nuestro país está en pañales. Nuestros vecinos del norte tienen un sistema electoral estable, seguro y confiable. Sumamente enredado, eso sí, pero estable, seguro y confiable. Allá, durante las campañas, existe abiertamente la guerra sucia, los candidatos pueden dar discursos y pronunciarse el mismo día de la elección. Los medios abiertamente se declaran a favor o en cintra de alguno de los contrincantes, la radio y la televisión también hacen su campaña… Y nadie arma un alboroto, nadie pone el grito en el cielo, nadie arma un conflicto poselectoral. En fin, gana el que gana y ya. No pasa nada.

Romney, el propio día de la elección, como el mismísimo Buki, aceptó su derrota. No convocó a sus seguidores a un plantón en Times Square para declararse “Presidente Legítimo”, no. Tampoco argumentó compra de votos y de conciencias. Mucho menos sacó chivos, cerdos, borregos, gallinas y pollos para alegar fraude…

Los norteamericanos tienen muchos defectos, mucha cola que les pisen. Y acá les copiamos todo, pero en este renglón quizá haya algo que les pudiéramos piratear ¿no?

Obituario: A propósito de elecciones,  los estados de Colorado y Washington aprobaron el consumo legal de la mariguana con fines recreativos… ¡Uts, chido carnal!

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