jueves, 13 de noviembre de 2014

Conspiraciones



Regresó Carlitos Vela (mi tocayazo querido), metió dos goles y sentenció el partido de ayer en Holanda. No, no fue revancha ni nada por estilo. Aunque Javier Alarcón, Andrea Legarreta y compañía se pongan la “verde” y traten de calentar un simple partido amistoso… 3−2 ganó “el Tri”. 

“Ese partido está arreglado para que la selección gane, es una cortina de humo por lo de los normalistas”. Leí por ahí. ¿De veras? ¿Cómo podríamos arreglar que eso pase? Yo, simplemente, no lo sé. Quizá habría qué hablar con la federación holandesa, con el técnico de aquél equipo, con el árbitro, con Robben o con todos los anteriores.

No señores, no es para tanto. Sí necesitamos evadirnos un poco de la realidad, sí necesitamos válvulas de escape para poder soportar todo lo que nuestro México trae encima. Pero las cosas deben estar en su justa medida. Un partido amistoso contra Holanda, en Ámsterdam, no da, ni de lejos, para olvidar todos los problemas que nos aquejan, todo el sufrimiento que existe en este país y toda la corrupción y mierda que se desborda por todos lados.

El mundo gira como debe y nada se detiene. Lamentablemente (o afortunadamente) la vida debe seguir a pesar de todo. Pero siempre existe un pretexto para imaginar las teorías del complot más, por decir lo menos, creativas.

“¡Claro, Vela dijo que sí porque le dieron una lana para que fuera y así poder crear una cortina de humo!”
 
“¡Qué casualidad que sacan este partido justamente ahorita que estamos en una crisis sin precedentes!”

“¡Durante el juego, mientras están embobados, van a meternos otra reforma!”
“Aprovechan el partido para darnos la idea de que todo está bien, de que no tenemos ningún problema aquí”.

La vida sigue y cada mexicano debe luchar desde su trinchera por un país mejor. Dejemos de pensar estupideces y teorías de la conspiración. Todos estamos tristes,  enojados y muy perturbados, sin embargo, estamos en diferentes frentes y desde ahí debemos desarrollar un papel importante para salir adelante y dejar atrás este áspero trance que nos oprime como nación.

Obituario: ¡Felicidades Sofía Castro, disfruta mucho tu premio, te lo mereces!

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