martes, 2 de junio de 2015

¿Para qué se callan?



Hoy es martes, eso significa que usted y yo y todos nosotros solamente escucharemos la basura propagandística de los distinguidos partidos políticos hasta mañana miércoles a las doce de la noche. Después de ahí se acabaron los discursos vacíos, los spots hechos por imbéciles, los anuncios que reparten mierda y los colguijes que están en todos lados y que nada más estorban (bueno no, esos no los quitan, todavía hay por ahí uno que otro con el lema “Bienestar para tu familia”, ¿se acuerdan?).

Ah, porque la ley es la ley y es tajante, nadie puede decir ni “pío” después de ese plazo. ¡NADIE! Ni siquiera el verde, que se pasa la ley por donde la selva pierde su tono tropical. 

Sin embargo yo me pregunto: ¿para qué? ¿Sirve de algo que se callen el hocico y que hagan como que todo es muy lindo? Claro que no, me respondo yo mismo, Es absurdo que después del bombardeo de estupideces que nos han aventado se pongan muy dignos y educados y guarden tres días de silencio absoluto. La ley es ilógica, no tiene caso. Mejor síganle, total, nadie los oye, los bloqueamos desde el principio. Si piensan que sus mensajes y sus “ideas” tienen alguna repercusión están totalmente equivocados. Basta echarse un clavado en las redes sociales, o salir a la calle, o caminar en un mercado para entender el grado de hartazgo que tiene el ciudadano común… Entiéndalo,  ¡nadie cree en ustedes! 

Por eso, si se callan o no, si se atacan o no, si se suben o se bajan o se estiran o se encogen o se rasgan las vestiduras nos da exactamente lo mismo. Hagan lo que se les antoje, al fin siempre hacen lo que se les antoja. Total, ¿qué más da? 

Obituario: 55% de abstinencia, ese es mi pronóstico para este domingo 7.

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