jueves, 14 de agosto de 2014

Que siga la fiesta



El Partido Acción Nacional, sí, ese partido que presume y defiende las buenas costumbres, lo recatado, la buena moral, lo íntegro, lo honesto. Ése que nos defiende a todos de los demonios que nos rodean y también de los demonios que llevamos dentro. El PAN se ha destacado por tener en sus filas pura gente decente, mexicanos de primera, ciudadanos dignos y puritanos, inflexibles, honorables. No como los priístas o los perredistas que siempre muestran conductas impropias, que no respetan, que no se comportan de acuerdo a lo establecido y que sacan el cobre y enseñan el código postal cada que pueden.

No señor, no. Acción Nacional hace las cosas bien, como se debe. Por eso, en su reunión plenaria de enero rentaron una humilde casita allá en Puerto Vallarta –tres mil dólares por noche− y organizaron sus veladas para pasar, cuando no estuvieran trabajando, un rato agradable. Claro, sin molestar a nadie ¿eh?

Porque las plenarias son cansadas, no se crean. Los legisladores acaban agotadísimos, muy estresados. Por eso, ¿qué mejor que contratar a lindas chicas para charlar, beber, bailar y gozar –que el periodo se va a acabar−? Las muchachas hacen lo suyo y los diputados se relajan, se olvidan del bullicio y de la falsa sociedad y disfrutan de las cálidas y sensuales pasiones que brinda el pacífico mexicano. La quebradita ¡ah! Ese juguetón ritmo que invita a juntar las caderas. Y “Montana”, seductora morena de fuego con falda muy corta y pechos prominentes que brinda calor y colma toda fantasía con final muy feliz por unos cuantos pesos.

Ajá, hasta aquí todo muy bien, el puerto de Vallarta es un paraíso –ya lo dijo Juan Gabriel en voz de Rocío Dúrcal−, el problema está en que, seguramente, tal fiestecita fue solventada con recursos públicos. El alcohol, los músicos en vivo, las chicas buena onda y la casita y hasta los preservativos los pagamos entre todos los que contribuimos con nuestros impuestos. Lástima, no nos tocó ni siquiera un kiko de “Montana”.

Y estos congresistas, además de bailar toda la noche, bailaron con sus puestos y con muchas de sus aspiraciones políticas. Ni modo, la noche es una puta divertida, pero cobra factura −¡gracias Arjona!−

Obituario: Este PAN ya llenó de tristeza, pena y mucha vergüenza hasta al expresidente Calderón. “La degradación moral llegó a su límite”, dijo. Háganme favor.

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