martes, 28 de octubre de 2014

Pasatiempos



Resulta que Vladimir Putin se lanzó a “concursar” en “la Voz Rusia”… Uno de los hombres más poderosos del mundo se despojó por un rato de su investidura de mandatario de hierro, afinó la garganta, agarró el micrófono, entonó “Blueberry hill” e hizo voltear a tres sorprendidos jueces. El video ya es viral… Sin embargo, es montado. Don Vladis nunca fue al concurso, él echó sus gorgoritos (y tocó el piano) en un evento especial de caridad para recaudar fondos que se realizó en la capital rusa… Lo aplaudieron, y bien.

El presidente ruso hizo algo que seguramente disfruta y de lo cual debe estar orgulloso. Tan orgulloso como lo está de cazar tigres y de volar aviones de combate. Es un hombre de acción. Todos tenemos un hobby. Y hay que decir que muchos mandatarios alrededor del mundo se han mostrado practicando las cosas que aman, fuera de sus responsabilidades como líderes internacionales. Hugo Chávez cantaba (pinche, pero muy parejo). Evo Morales juega fútbol y reparte rodillazos a sus rivales en salva sea la parte. Barack Obama practica basquetbol y le atina a la canasta menos que el Shaq, pero le echa muchas ganas. Bill Clinton toca el saxofón al más puro estilo de “Encías sangrantes”. Sebastián Piñera vuela helicópteros y se avienta unos aterrizajes forzosos que dan miedo. Carlos Menem le aceleraba con singular alegría a un ferrari rojo que levantaba tres Cecilias Bolocco por cuadra. Salvador Allende no daba una en el ajedrez, pero le encantaba. Ricardo Lagos jugaba tenis y Michelle Bachelet también canta horrible.

Aquí, el presidente en turno no tiene derecho a hacer nada, ¡nada dije! Hace casi un año salieron unas fotos donde Enrique Peña Nieto aparecía jugando golf y se le fueron al gañote. Que si es un deporte de ricos, que si el hotel era carísimo, que si los recursos y que si resulta exclusivo y excesivo. Mal, muy mal. Él debe estar sentado en su sillón presidencial, rodeado de asesores, pensando, cabildeando, deliberando y madurando el futuro que el país neceita. Además ¿¡cómo se atreve!? Claro, el Peje juega beisbol. Y además lo juega en campos terregosos y con uniformes parchados, para que luzca la jodidez. La austeridad republicana pues, para que no se oiga tan feo.

Deberíamos ser un poco más flexibles. Son personas con una responsabilidad enorme, ajá. Pero tienen tiempos libres, aunque sean pequeños. Y tienen, como usted y como yo, todo el derecho de disfrutar de aquello que se les antoje. Cada quien ¿no? Total, en gustos se rompen madres, dicen. Además, ninguna constitución en el mundo dice que el primer mandatario está impedido de realizar actividades lúdicas que entorpezcan su desempeño profesional. Por supuesto, si estoy mintiendo, que la nación me lo demande…

Obituario: “Soy un admirador del trabajo de Ángel Aguirre”, dijo en su discurso Rogelio Ortega, gobernador interino de Guerrero. ¡Ay, mi Roger, nada más regando el tepache (más)!

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