jueves, 17 de julio de 2014

Parking



Mi oficina está en Polanco. Y Polanco es una trampa maravillosa donde es muy difícil entrar, pero es aún más complicado salir. A eso súmele usted los lindos, preciosos, maravillosos y funcionales parquímetros. Ajá, esos lindos aparatos que permiten que uno estacione su coche en la calle ¡en la calle! ¿No se supone que la calle es libre? No, por supuesto que no. La calle es del gobierno de la ciudad, de los concesionarios que manejan este negociazo, de quien nos renta un pedazo de asfalto para dejar el auto mientras ocupamos nuestro tiempo en trabajar para poder pagar esos juguetitos –círculo más que vicioso−.

“ecoParq es el programa de recuperación de calles y banquetas a través del ordenamiento del estacionamiento en la vía pública. Es un programa de movilidad de la Ciudad de México, como Metrobús o Ecobici.” Reza su página de internet. Ok, sí, ajá. Valientes programas de creación de caos, inmovilidad y totalmente en contra de la economía familiar. ¡Yo trabajo en Polanco, no vivo ahí!

Ocho pesos la hora, no más de tres horas, por lo que, si trabaja usted ahí, hay que salir a cada rato. También hay que conseguir cambio, las moneditas están escasas. Y lleven repuestos, porque la maquinita devuelve muchas, quesque por estar defectuosas. 

Sin seguro de ninguna índole, sin vigilancia, sin la certeza de que su automóvil va a estar bien, sin ninguna otra atención y con toda la disciplina fascista aplicada a la hora precisa en que debe aplicarse. Tolerancia cero. Ni un minuto de paciencia. La “araña” –así le llaman al aparato que inmoviliza los coches− se coloca en el momento, “ipso facto”. Claro −hay que decirlo−, también la retiran muy rápido, previo pago en cualquier esquina. Eso sí, los encargados llevan una jeta que les rebota en la banqueta. ¡Gracias carnal! Gracias por darme chance de estacionarme.

Ni ganas me dan de hacer cuentas, pero sí se meten una muy buena lana. Tan sólo yo pago casi 60 pesos diarios. Hagan sus cálculos. El 30% de los recursos generados, dice ecoParq, van directamente al mejoramiento del espacio público de la colonia en donde se encuentren los parquímetros. Y yo pregunto ¿ustedes han visto algún “mejoramiento del espacio público” en las colonias donde pagan parquímetro? Yo no, en lo absoluto. ¿Y el otro 70%? ¡Wow! Yo quiero un negocio así.

Y agárrense, porque van para Coyoacán. Y quién sabe, quizá un día estén, como los tianguis, en la puerta de su casa.

¡Ah! Un tip. Dejen el cofre de su auto abierto, así no pagan y además nunca los multarán. O al menos es lo que un chevy café hace todos los días en Blas Pascal.

Obituario: Ahí viene el torneo de apertura 2014. Ahí viene la novena.

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