martes, 28 de abril de 2015

Envidia



No hay envidia “de la buena”, la envidia es envidia y es mala, es pecado capital. Está catalogado entre los siete más feos. Y en México somos envidiosos, los mexicanos somos así, nos vamos a ir al infierno todos. Si nuestro vecino está fregado, lo queremos ver más fregado. Y si está tirado, pues que se revuelque. Si se compró un coche, “ya con cualquier cosa te dan un coche”. Si tiene un buen trabajo “tuvo suerte”. Si su novia es muy guapa “él es un pendejo”. Si es suplente con el Real Madrid “¡qué güeva ser banca, de ahí no va a pasar!”

La teoría de los cangrejos que tanto alega Hugo Sánchez, desgraciadamente, es cierta. ¿Cuántos de nosotros nos moriríamos tan solo por ver entrenar al mejor equipo del mundo? Nada más por viajar a Madrid y asomarnos al entrenamiento. A esa práctica, donde una de las figuras, al menos el día de hoy, se llama Javier, se apellida Hernández y le dicen “Chicharito”. Pero no hay qué externarlo, hay qué decir que lo que le está sucediendo es producto de la diosa fortuna, está ahí, anotando goles importantes, porque Benzemá se lesionó, o porque todos están coludidos para crear una cortina de humo que haga que nos olvidemos de Ayotzinapa, de Tlatlaya, de la casa blanca y hasta de Alondra…

Es más fácil ser historiador que profeta, y hoy muchos demandan su fracaso porque es una verdadera deshonra estar en la banca del mejor equipo del planeta. ¡Ay Javier! ¿Cómo se te ocurre tener la mentalidad que tienes? ¿Cómo se te ocurre no darte por vencido? ¿Cómo se te ocurre llegar hasta donde has llegado?

Roberto Gómez Bolaños (otro que, nos guste o no, disfrutó las mieles del triunfo) le escribió un pensamiento hace años a Hugo Sánchez: “¡Hugo, ten cuidado! Oculta, si te es posible, que cometiste el horrible delito de haber triunfado. ¿Por qué glosar tu pecado, de forma tan insolente, sabiendo perfectamente, que en este país bendito, destacar es un delito que no perdona la gente?”

¡Qué triste! Este país necesita estar debajo del agua o de los escombros para que nos dignemos a ayudar al prójimo, de otra forma te quieren ver triste, tirado, derrotado, jodido, madreado y sin ningún futuro.

Obituario: “¡Voten por el PRD!” Dijo el candidato del PSD, Cuauhtémoc Blanco. Definitivamente, en tierra de ciegos el tuerto es rey.

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