viernes, 17 de abril de 2015

¿Y las propuestas?



¿Propuestas? ¿Para qué? Vale más vivir la vida política calumniando, atacando y denigrando al opositor. Eso es más divertido que andar proponiendo plataformas políticas y planes de gobierno, ¡qué güeva!

A eso súmele usted que a finales del año pasado la Suprema Corte de Justicia de esta bonita Nación determinó que los partidos políticos pueden atacarse mutuamente y denigrar, en su propaganda, a sus adversarios o a las instituciones, como parte de la libertad de expresión garantizada por la Constitución. Y no, no es broma. Según nuestros brillantes magistrados la propaganda política o electoral que denigre las instituciones o los partidos políticos no ataca la moral per se, la vida privada o los derechos de terceros, ni provoca algún delito, ni perturba el orden público. 

Muy bien, dado el precioso charco de lodo, los cerdos se atascan y se regodean. No necesito citar ejemplos ¿o sí?

¿Se supone que mentándole la madre al de enfrente van a ganar simpatizantes? Esas estúpidas campañas negativas al final resultan negativas para ellos. Pero son tan imbéciles que ni siquiera se dan cuenta, o no les importa.

¿Exponer en campaña programas de acciones concretas para solventar las necesidades de la ciudadanía? Já, suena bien, ¿con qué se come? 

Y nosotros, a través del INE llenándole los bolsillos a la runfla de babosos que creen que diciendo groserías en sus spots van a lograr que votemos por ellos. “¡A huevo! Yo sí me rompo la madre, son chingaderas.” Qué pobreza de conceptos. Pero no importa, aquí lo relevante es despotricar en contra de lo que se pueda. Más mierda en el ventilador. A alguien le quedará el saco. 

Los que salimos perdiendo somos nosotros, que nos los chutamos todos los días, a toda hora, por todos lados. No hay para dónde hacerse. Lástima.

¿Propuestas? No, gracias, así estamos bien.

Obituario: AMLO asegura que sólo aceptara resultados de estas elecciones "si no hay fraude"… ¡Ay, ya por Dios!

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